Gerson Gómez Salas
De rostro fuerte. Ella representa todas las metas de los estudiantes becados del ITESM. Emigrar de su estado natal. Dejar atrás a la familia. Su nombre pudo ser María Esperanza. Como el de miles de mexicanas.
En descargo la registraron con el nombre más rimbombante. Indira Kempis de rasgos duros y color de piel nativa mexicana. Entre la multitud es complicado reconocerla. Líder desde estudiante, avanzó en las áreas de oportunidades.
Nuevo León no es Morelos. Aquí se vive de prisa. Alla apenas sobreviven de la siembra, el turismo y las remesas del extranjero.
Indira encontró marido para sobrevivir a las infinitas luchas. Durante seis años ha sido senadora de mayoría. Intentó obtener la nominación por Movimiento Ciudadano. Rebasada por la animosidad de su ex compañero del senado, el gobernador Samuel García, idealizó el momento histórico.
Como mujer representaba mayor ganancia y conectividad de votos. Verdaderamente indigenista educada. Defenestrada por Dante Delgado, prefirieron a Jorge Álvarez Máynez para suplir a Samuel García.
Sin derecho de réplica o audiencia, Indira Kempis renunció a la bancada. En negociaciones de bolsillo llegó al Partido Revolucionario Institucional.
Cobijada para regresar a Nuevo León será becada laboral en los pocos espacios.
Aray sí pues, es una frase común entre el pueblo morelense. Demuestra apego, cariño y solidaridad entre quienes carecen de forma de vida por encima de la línea de pobreza.
Indira Kempis no es rebelde, como se presenta en sus credenciales. Tampoco le aportó proyectos o apoyos federales a Nuevo León. Ni siquiera a una causa en tribuna. En ese tanque los tiburones llevan décadas de aprendizaje.
No es un activo redituable. Indisciplinada e inconstante, sus simpatías, quienes en otro momento la apoyaron en el PAN y MC, se fueron como las ayudas domesticas abusivas. Por la puerta de atrás.