Raúl Guajardo Cantú
Las lluvias que tanto anhelamos durante años, ahora están mostrando la fragilidad de la infraestructura urbana en Nuevo León, a más de un mes de que pasara por la entidad la tormenta tropical Alberto, todavía se pueden observar los daños que dejó, principalmente por lo que respecta a vialidades en el área metropolitana de Monterrey y a caminos en los municipios rurales del estado.
No hay recursos para revertir esos daños, para reparar las vías de comunicación, pese a que con bombo y platillo se anunció que las autoridades federales habían autorizado recursos extraordinarios para este caso.
Por si ello fuera poco, el martes pasado una lluvia fuerte vino a mostrarnos como la vialidad de Monterrey y sus municipios aledaños no resiste el más mínimo contratiempo, fuimos testigos de imágenes en las cuales vialidades como Fidel Velázquez, Leones, Ruiz Cortines y algunas otras arterias principales, se convirtieron en lagunas por las cuales no podían transitar los vehículos de ninguna especie.
Mientras eso sucede, nuestra clase política, en lugar de ver por los intereses de los ciudadanos, está cuidando los suyos, los que tienen que ver con sus cotos de poder, pese a que los ciudadanos, que al final de cuentas somos quienes votamos o no por ellos para que alcancen los puestos que desean, estamos viviendo una realidad que no deberíamos sufrir.
Parece que no somos una prioridad para los partidos políticos, salvo en los momentos en que tienen que salir a buscar nuestros sufragios en su favor.
Es cierto que hay intentos aislados como el de Adrián de la Garza, quien ya prometió que iniciando su trienio tomará medidas para mejorar, por lo que al municipio puede corresponder, las vialidades y el transporte público, entrando a un terreno que no le es propio, nos referimos al transporte público, pero que sin embargo afecta a los regiomontanos, por lo que si realmente se alcanza este objetivo muchos de los usuarios quedarán agradecidos por un buen servicio.
Comentábamos también que administraciones van y vienen y el drenaje pluvial continúa en las mismas, quizá la última modificación importante en este sentido fue la realizada por Sócrates Rizzo, quien durante su gobierno mejoró el drenaje pluvial en el norponiente de la ciudad de Monterrey, pero de ello hace ya 30 años y hoy esa obra ya requiere de nuevas medidas, el crecimiento poblacional durante ese periodo hace que los requerimientos sean mucho mayores.
También sería importante que las autoridades insistieran en una cultura de la limpieza, ya que la mayor parte de las veces, los cauces de los arroyos y los drenajes pluviales se desbordan debido a que la gente tira basura en ellos, por lo que, insistimos, deberían realizarse campañas permanentes de concientización a la par de un trabajo de desazolve continuado y no solo en los días previos a los que se esperan las lluvias.
Subrayamos, es tiempo de que los partidos políticos volteen a ver a los ciudadanos, en caso contrario, no deberían sentirse extrañados de cómo sus votaciones van cayendo y algunos han tenido que decir adiós al sistema.
Hoy, Nuevo León está en problemas y requiere soluciones, quién es el valiente que dijo yo.