De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Quienes vieron el desfile militar del pasado 16 de septiembre quedaron satisfechos con la marcialidad, gallardía, elegancia y prestancia del Ejército Mexicano.
Sin embargo, esos mismos testigos de la parada militar se sintieron descontrolados con lo que vieron después, los desfilantes rompían filas y se acercaban a la gente que llenaba las aceras del Paseo de la Reforma.
Saludaban de mano a los ahí presentes ofrecían dulces a los niños, mostraban la otra cara del Ejército, una más humanizada, de convivencia, dejando en claro que pertenecen al pueblo y son pueblo.
La distancia que siempre se había manifestado de parte de los miembros de las fuerzas armadas, marchando con marcialidad se había roto, aunque a algunos no les parezca esta medida de acercamiento entre pueblo y Ejército.
Narraba una teniente del Ejército (ya en retiro) a su madre ahí presente que el cambio mostrado por las fuerzas armadas no le agradaba y recordaba que en los tiempos en que le tocó desfilar a ellos les lanzaban espuma, la que algunas veces caía en la cara, sin que ellos pudieran limpiarla y así continuaban con el desfile, sin romper el ritmo ni mucho menos separar las manos de la marcialidad que les exige la disciplina militar.
Al tiempo que se celebraban los distintos desfiles conmemorativos en los diversos estados y ciudades del país, un militar de alto rango establecía en Sinaloa que la disputa entre cárteles y la violencia manifestada en la capital estatal se acabará cuando ellos quieran. Son ellos los que deben dirimir las dificultades surgidas.
Una declaración de ese tamaño escandalizó a propios y extraños, aunque ahora se trate de matizar lo que quiso decir el alto mando del Ejército.
Pero el Ejército ha registrado grandes cambios en la presente administración, ya que se trató de mejorar su presencia ante el pueblo, suavizar la relación distante que siempre habían mantenido y que, en algunos casos, llegó a ser etiquetado como represor del pueblo.
¿Son diferentes las fuerzas armadas actuales? Lo son en algunos casos. En el caso de la Marina es una cara más afable, el Ejército es la cara más dura. Unos y otros son disciplinados y obedecen a rajatabla las órdenes que se les dan, aunque los marinos presentan un lado amable.
Será que este cambio visto en el desfile militar tenga algo que ver con que las fuerzas militares ya no tienen que cargar con el peso de la represión y ahora ni siquiera intervienen en las luchas contra el crimen organizado. Tal vez ese lado amable del Ejército sea para bien. Lo veremos en la administración que inicia el primero de octubre.
El nuevo secretario de la Defensa Nacional, Divisionario Ricardo Trevilla (toma posesión el primero de octubre), tiene en su historia de vida, haber fungido como director de Comunicación Social de la propia secretaría y, tal vez, sea parte de ese lado más humanizado que se quiere dar a las fuerzas armadas.
Por lo pronto, la secretaría de la Defensa Nacional tomará el control de la Guardia Nacional, si es aprobada la iniciativa para ello por parte de diputados y senadores.
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La próxima gobernadora de Guanajuato, Libia García anunció el gabinete que la acompañará en su administración, donde mezcla juventud con experiencia y prevalece la equidad de género. El secretario de Gobierno será Jorge Daniel Jiménez Lona; Juan Mauro González Martínez. Secretario de Seguridad y Paz; Héctor Salgado Banda, secretario de Finanzas; Arcelia María Gonzáles, secretaria de Honestidad y María del Rosario Corona, secretaria del Nuevo Comienzo (lo que sea eso), entre otros…Sinaloa sigue viviendo horas de terror, son diez días y la violencia se sigue manifestando.
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