Por Abel Moreno
Una efemérides política que generalmente pasa desapercibida es la que se refiere al natalicio del militar y político Plutarco Elías Calles Campuzano, hecho que aconteció un día como hoy 25 de septiembre de 1877, en el puerto de Guaymas del estado de Sonora…
Esta fecha aunque casi siempre ha sido ignorada, no siempre fue así y por ejemplo la beatificación del padre Miguel Agustín Pro, uno de los principales mártires de la Guerra Cristera, cuyo martirio se atribuye a Calles, se realizó también en un día como hoy, 25 de septiembre de 1988… Casualidad o destino?
Y a propósito de efemérides y del presidente Calles, hace 40 años, en 1984, el CDE del PRI convocó a un concurso de ensayo sobre la vida y obra de este personaje, en el cual tuve oportunidad de participar y obtener el primer lugar, en alguna parte de aquel ensayo, escribí:
“Calles fue ante todo un hombre de su tiempo. Tenía virtudes aún sin carecer de defectos, pero actuaba siempre conforme al dictado de su conciencia. Era respetado y temido, pera a la vez sensible y justo. De él, diría Carranza que salvaría a la Revolución, y de ella, Calles fue conducta y nervio.”
“Antes de ser Presidente de la República, fue lo mismo maestro, agricultor, comerciante, poeta, comisario de policía, militar, gobernador de su entidad, ministro con Carranza, De la Huerta y Obregón y a partir de cada etapa de su vida fue visualizando el país que gobernaría de 1924 a 1928; sabía qué carencias reclamaban una satisfacción prioritaria, qué problemas debían superarse con urgencia y fundamentalmente, qué acciones debían emprenderse para que la Revolución sin desviar su rumbo ideológico transitara de su época armada a su era pacífica y constructiva.”
“Como Presidente: la política hacendaria creando el Banco de México, el reparto agrario que supera el de los tres regímenes anteriores, la institución del crédito agrícola, la implantación de las pensiones para burócratas, la creación de la Comisión Nacional de Caminos y la Comisión Nacional de Irrigación, el reordenamiento de la administración pública, la legislación civil y laboral, el fuerte incremento de la instrucción pública, el manejo de la crisis política de 1928 y la fundación del Partido Nacional Revolucionario entre otras muchas cosas, son por si mismas una muestra de su estatura de estadista y de su capacidad para prever el futuro de la República.”
“Sus errores, tan señalados por sus detractores, fueron menos que sus aciertos, tanto que el fallo de la historia le ha sido favorable.”
“Calles, el Presidente, realizó las actividades que consideró eran precisas en esa época. Su visión del porvenir y la mano firme para enfrentar los problemas de su tiempo, es algo que no tiene discusión.”
“De él, se ha dicho que representa a un tiempo el fin del caudillismo y el inicio de la institucionalidad revolucionaria, pues, simultáneamente cavó la tumba de una etapa violenta y construyó los cimientos de una República en la que imperó la ley y surgieron las instituciones”. Hasta aquí el fragmento del ensayo.
El periodista nuevoleonés José Alvarado, que fue Vasconcelista en el 1929, escribía 40 años después: “Todavía es discutido Calles y lo será más adelante; pero es preciso disipar la falsa y mezquina leyenda. Calles es uno de los gigantes de la Revolución Mexicana y, a pesar de todo, uno de sus maestros. No luchó contra un pigmeo la generación de 1929, ni batalló contra un enano José Vasconcelos. Lázaro Cárdenas no rescató el poder de las manos de un minúsculo”. Hasta la próxima…