Azucena de José
En mi vida profesional me ha tocado vivir y trabajar bajo los mandatos de la imagen (y a usted también) y le puedo decir que ni todos fueron buenos ni todos fueron malos, pero si usted cree que el bienestar de Nuevo León depende de ellos, está equivocado.
El bienestar de Nuevo León depende de nosotros (ellos, usted y yo), porque los elegimos, y también elegimos qué hacer con sus planes de trabajo y las políticas públicas que fomentan.
Si usted espera que le den apoyos económicos o materiales como becas, blocks, útiles escolares, una tarjeta con dinero, láminas y/o despensas, también se equivocó; su trabajo no es darle dinero ni materiales, es darle oportunidades para que progrese y viva tranquilo.
Su trabajo sí es proveer empleos, obra pública, bienestar social, seguridad, orden y paz, pero no lo pueden lograr si no hay recursos económicos y si todos los sectores no se unen para sacar adelante los intereses públicos y dejan de lado los privados.
Nuestro trabajo es ponerles lupa, tener reuniones con ellos y dejarles claro nuestras necesidades como sociedad y no permitir que se la pasen haciendo un shows por las suyas.
¿Conoce a su diputado local? ¿Ha tenido alguna reunión con los regidores de su municipio? ¿Ha asistido a audiencias públicas o por lo menos ha buscado hablar con ellos en un momento que no sea de campañas políticas? ¿paga sus impuestos en tiempo y forma? ¿obedece las leyes y reglamentos? ¿se comporta como un ciudadano ejemplar? ¿vive como un hijo de Dios al que le van a pedir cuentas de sus acciones?
Queremos que Dios haga milagros, ¡y los hace! pero Él nos pide a nosotros que vivamos ordenadamente, ¿lo hacemos?
Le damos a Dios lo que le corresponde, pero también hay que dárselo al César.
Jesús les dijo: —Pues denle al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios. Mateo 22:21