Monterrey. – Mauricio Fernández Garza, Alcalde del municipio de San Pedro Garza García e hijo de uno de los fundadores de Acción Nacional en Nuevo León va directo en su análisis partidista y sostiene que el PAN “está desapareciendo”.
Para quien gobierna por cuarta ocasión esa municipalidad metropolitana, las causas de la debacle del PAN es la falta de militantes y de los grupos de poder que han controlado los perfiles de los candidatos.
El también empresario e impulsor cultural, de 74 años de edad, es hijo de Alberto Fernández Ruiloba, uno de los fundadores del Partido Acción Nacional en el estado, y Margarita Garza Sada, hija del empresario regiomontano Roberto Garza Sada, fundador junto con su hermano Eugenio y otros empresarios, del denominado Grupo Monterrey, uno de los consorcios industriales más importantes de México.
El edil acudió a emitir su voto en San Pedro Garza García, a favor de Jorge Romero, para la dirigencia nacional del PAN y no tiene empacho en sostener que el partido, lejos de fortalecerse va en debacle.
“Está desapareciendo, yo no veo que se esté fortaleciendo, yo creo que vamos para abajo, no hacia arriba, empezando por la mala operación del actual presidente nacional, Marko Cortés, creo que ha hecho muy mal trabajo”.
Cuestionó el trabajo del líder nacional y acusó la existencia al interior de grupos de control y gente “manipulera” que ha cerrado las membresías.
“Debes buscar cómo acercarlos, a ver cómo los sumas, abrir las membresías, que en todo el país las tienen muy cerradas y muy controladas por corpúsculos que nos hacen mucho daño”.
“Grupos que quieren controlar quiénes son los candidatos, puro manipulero, y eso es lo que nos está hundiendo, pura gente que deberás, ojalá y los corrieran a todos esos manipuleros”.
Propuso volver a las bases, abrir el padrón a la gente, ya que actualmente el PAN es el partido con menos miembros activos en México, y lamentó que sea en el País una cifra muy baja de 305 mil militantes.
“Es el partido con menos miembros activos en México, entonces no me digas que qué maravilla, es una desgracia”.