Tiene el rostro apoyado en una mano, mientras con la otra tamborilea distraídamente en la mesa, como si tratara de encontrar motivación. Parece completamente agotada, este cansancio se refleja en su postura y su mirada, perdida en la computadora, parece vacía, como si el solo hecho de mirar le exigiera más energía de la que tiene disponible. Así luce el síndrome de burnout neurodivergente.
¿Pero, qué es?, ¿es igual que el síndrome de burnout del que hablan todos? Se parecen, pero no son iguales. El burnout entre personas neurodivergentes se manifiesta con mayor intensidad que entre las neurotípicas. Es consecuencia de jornadas de trabajo extenuantes, estar presionado en el trabajo más de lo normal y se manifiesta en la dificultad para gestionar tareas diarias y la tolerancia reducida a entornos estimulantes.
“Sí, todos hemos padecido el cansancio después de largas jornadas de trabajo, de los viajes interminables en el transporte público y del estrés de la oficina, pero, en el caso de las personas neurodivergentes esta fatiga se multiplica a la ‘décima potencia’ debido a la sobrecarga sensorial, emocional y cognitiva. De modo que salir a dejar a tus hijos a la escuela y platicar con otras mamás o papás, puede provocar una importante sobreestimulación que debe ser regulada”, afirma la Dra. Viry Olvera.
Las personas neurodivergentes, experimentan un constante desafío para gestionar estímulos, ya sea sensoriales, emocionales y cognitivos. Un entorno de oficina ruidoso, puede convertirse en una fuente de sobreestimulación insostenible, si no existe una adecuada regulación.
“La regulación es crucial para las personas neurodivergentes, ya que les ayuda a reducir el impacto de situaciones de estrés, evitando que emociones intensas afecten su bienestar, ni su habilidad para desarrollarse o para desempeñar sus actividades en entornos sociales o laborales. Además, el desarrollo de estrategias de autorregulación fomenta la autonomía, permitiendo que la persona se adapte y se sienta más segura al enfrentar nuevos desafíos”, subraya la Dra. Viry Olvera.
Algunas personas con diagnóstico de autismo, trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), altas capacidades intelectuales y dislexia, presentan un riesgo particular de burnout. Por su intensidad, el proceso de recuperación puede extenderse por meses o incluso años, en lugar de días o semanas.
Por ello, expertos y expertas como la Dra. Viry Olvera, especialista en salud mental y conocida como la @doctoraRARAA, sugiere pasos concretos para que las empresas sean más inclusivas en estos temas:
- Reducción de estímulos innecesario
- Flexibilidad laboral
- Apoyo en la regulación emocional
- Fomento de un ambiente inclusivo