mar. Dic 10th, 2024

Sencillamente comprendemos el motivo del deber, no solo porque está consagrado dentro de la constitución como una ley, sino también porque es un cometido moral, humano y cristiano. La educación va más allá de la enseñanza a nuestros hijos, de la formación en valores y virtudes, del acompañamiento con amor y disciplina, ser un buen ejemplo es igualmente relevante.

Al ser los padres de familia los responsables de dicha educación, manutención, protección y cuidado, nos corresponde el derecho de elegir el tipo de educación y preparación con que deseamos equipar a nuestros hijos para la aventura llamada vida.

Por lo regular, un buen padre o madre de familia siempre busca y desea lo mejor para los hijos, y en la medida de sus posibilidades, le brinda su amor, cuidado, formación, en muchas ocasiones se da tanta importancia a elegir una buena escuela, que se busca que cumpla con las expectativas de la familia.

Algunas familias eligen para la formación académica de los hijos, escuelas con destacado nivel académico, otras prefieren escuelas destacadas en deportes, o también habrá quienes prefieren escuelas con valores morales y religión, todo lo anterior en el sector privado.

Al referirnos al sector público, también tenemos las escuelas, que resultan ser las más solicitadas por los padres de familia, aquellas que tienen mayor reconocimiento por su ubicación, instalaciones y nivel académico.

Y después de elegir la mejor escuela, dentro de sus posibilidades económicas, las familias procuran que sus hijos convivan en ambientes sanos y seguros. Estos elementos siempre han sido necesarios, sin embargo, en estos tiempos nos vemos todas las personas en general, más expuestos a situaciones inesperadas o desagradables.

El acoso escolar ahora se conoce más, primero; porque se ve en mayor cantidad que en otras generaciones, y segundo, porque ahora existen más medios de comunicación y la información llega más rápido. Como en todo, nos encontramos con las ventajas y desventajas de cada momento.

Hablando de que deseamos que nuestros hijos vivan y crezcan sanos y seguros, me entristece mucho el reciente caso de abusos sexuales de cual un grupo de menores de edad de nuestro estado, Nuevo León, fueron víctimas. Dicho caso de abuso sexual fue realizado por parte de un adulto (un tío cercano a las familias de los menores).

Este lamentable hecho no solo nos indigna y enoja, también nos mueve a estar conscientes de que los peligros en ocasiones se encuentran más cerca de lo que podemos imaginar.

Proteger la seguridad, la salud, la integridad de los hijos, no se debe dejar de descuidar jamás. Nuestros hijos nos necesitan a cualquier edad, en menor cantidad de tiempo a medida que van avanzando en edad, pero siempre en total calidad.

El mejor consejo que puede recibir un hijo siempre deberá ser de su padre o madre, salvo algunas excepciones. Los padres de familia damos, hacemos, y vivimos para que a nuestros hijos no les falte nada.

Aquí es conveniente tomar siempre en cuenta que, en el interior de cada familia se está gestando el recurso más valioso que como sociedad tenemos, el recurso humano.

Las personas le transmitimos a nuestros hijos lo que nuestros padres nos transmitieron a nosotros.

Modas van y vienen, pero los valores humanos prevalecen siempre. Que las familias neoleonesas recuperemos valores y tradiciones que nos distinguen y caracterizan en nuestro país, y en el mundo.

Luz Maria Ortiz Quintos

Instituto Nacional de Consultoría Familiar AC

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