Óscar Tamez Rodríguez
María Ignacia Rodríguez es presentada ante la historia como una mujer ninfómana
e insurgente; las evidencias muestran que no lo fue, sobre sus deslices amorosos
no hay evidencia y su participación con Hidalgo es falsa, imposible de ser.
Lo indudable es que fue una mujer bella en extremo. Madame Calderón de la
Barca en su libro “La vida en México durante una residencia de dos años en ese
país” escribe el 5 de enero de 1840 que esa mañana recibió a la güera Rodríguez
[de 62 años] y “a pesar de los años y de las huellas que el tiempo se complace en
dejar en el rostro más bello, la güera conserva bucles rubios, una hermosa y
blanca dentadura, ojos lindos y gran viveza”.
La belleza no evitó que su vida fuera marcada por el dolor, sufrimiento y descrédito
aún posterior a su muerte pues algunos de sus biógrafos destrozaron su
reputación sin bases y con falsedades.
Dos grandes mentiras manchan su historia, la primera: fue insurgente que apoyó a
Hidalgo, la segunda:. fue amante de Bolivar, Humboldt e Iturbide.
Su padre, Antonio Rodríguez de Velasco, era miembro del cabildo en 1808 cuando
él y otros planean la autonomía de la Nueva España. Ella fue activista del
movimiento y al ser descubierta en 1909 es desterrada de la CdMx a Querétaro.
Entregó dos de sus haciendas a José Sixto Verduzco y José Ma. Liceaga a partir
de 1813 (Hidalgo muere en 1811) a cambio de que los insurgentes no dañaran sus
haciendas, la investigadora Silvia Marina Arrom afirma que otorgó el apoyo a los
insurgentes de quienes hablaba con desprecio para cuidar los intereses de la
familia”. ¡Negociaba con insurgentes y simpatizaba con realistas!
Es demostrable su cercanía con Iturbide; construyeron una amistad desde
principios del siglo XIX. En 1809 se relacionaron por negocios, se presume pudo
influir en su nombramiento como jefe del ejército del sur pues era vecina y cercana
de los conspiradores en La Profesa. Es factible que su casa fuese alguna vez sitio
de reunión de los conspiradores.
Es en su hacienda de la Patera donde se reúnen Iturbide, Novella y O´Donojú el
13 de septiembre de 1821, ya en la ruta por asumir el poder político del país.
Tuvo cercanía con el emperador a través de sus yernos e hijas. Sus yernos Pedro
José Romero de Terreros, conde de Jala y Regla, marqués de San Cristóbal y de
Villa Hermosa de Alfaro (esposo de Josefa) y José María Echevers Valdivieso,
marqués de San Miguel Aguayo y Santa Olaya (esposo de Antonia) firmaron el
Acta de Independencia de 1821 y fueron parte del proyecto iturbidista.
Iturbide y la familia de la güera estaban estrechamente ligados, sin embargo, que
sus hijas fueran parte de la corte con la emperatriz hace dudar de los amoríos
entre ambos. En síntesis, no hay evidencias de una relación pasional entre ambos.
Vicente Rocafuerte fue quien difundió el supuesto amorío entre Iturbide y
Rodríguez, al grado de afirmar que ella mandaba en el imperio y el plan de Iguala
era obra suya; por rivalidades políticas la usa para vilipendiar a Iturbide.
¡Afortunadamente eso ya no pasa en la política mexicana!
Sobre Humboldt hay quienes afirman tenía preferencias sexuales diferentes; más
allá de esto, su amistad con la güera fue cierta y cercana, tampoco hay evidencias
de amoríos. Bolívar estuvo apenas unos días en la Nueva España a sus 16 años
en 1799, no tuvo contacto con Ignacia, esa relación es la menos sostenible pues
no hay evidencia que se conocieran.
Ni insurgente ni ninfómana, vituperada por el hecho de ser mujer bella e
inteligente, usada por resentidos y novelistas quienes estigmatizaron su prestigio.