Luz María Ortiz Quintos
En las últimas semanas hemos escuchado sobre los temas de abuso sexual que entrenadores de deportes, compañeros de escuela cometieron dentro de las instalaciones de cada disciplina. En el caso de entrenadores deportivos, los abusos fueron cometidos en los gimnasios, y en el otro caso de los jóvenes, fue en el interior de los baños de la preparatoria en la que estudian.
Esto es un problema grave, es una situación que deberá poner a los padres de familia de todos los niveles de educación, desde kínder hasta universidad, a hablar sobre la prevención del abuso sexual.
Los padres de familia confiamos en las escuelas ya sea públicas o particulares, así como lugares donde se practican diferentes disciplinas, deportes como clases extracurriculares.
Hoy quiero hacer hincapié a que cada padre y cada madre hable con sus hijos, los proteja de un abuso sexual, les de información sobre el cuidado de su cuerpo, que le brinde la confianza para hablar sobre las dudas o inquietudes que surgen en relación a su sexualidad, las relaciones sexuales, los riesgos de ejercer una sexualidad a edad temprana, etc.
Muy especialmente a hablar con sus hijos desde pequeños; explicarles que las partes que un traje de baño cubre de su cuerpo son partes que nadie debe tocar, o ver, y tampoco fotografiar; así como tampoco deben permitir que nadie les pida que ellos toquen esas partes del cuerpo de otra persona, ya sea un hermano, primo, amigo etc.
Y reiterarles que, si alguien les pide que hagan algo en secreto, se lo digan a su mamá o a su papá.
Existen muchas personas con trastornos psicológicos que no son fáciles de identificar, lo mejor que podemos hacer es dar esta información a nuestros hijos desde los tres años de edad.
La educación sexual es parte de la formación moral de la persona. Cada vez se conocen más casos de abusos, por lo que, si nunca es hablado con tus hijos al respecto, hazlo ahora.
Las corrientes ideológicas están tan abiertas al progreso, pero no con un sentido de autodominio y cuidado, sino a probar, experimentar, que también hacen más vulnerables a los niños, niñas y adolescentes.
Habla con tus hijos, pregúntales qué saben del tema de sexualidad, qué han visto, qué han oído y dónde.
Probablemente te sorprenderás de toda la mala información que tienen sobre este tema, o información muy limitada que los pone en riesgo de ejercer una sexualidad prematura.