Perder el empleo es como salir a la calle sin paraguas y que caiga la tormenta. Puede representar un desafío significativo, en particular, si no se han tomado las medidas adecuadas de prevención que permitan a la persona salir airosa del mal tiempo.
A Juan lo despidieron recientemente. Además de la preocupación que constituye encontrar un nuevo trabajo, se enfrenta al desafío de pagar sus deudas. Hace poco compró un smartphone de gama premium con su tarjeta de crédito y ahora se pregunta cómo manejará este compromiso sin percibir un ingreso de manera regular.
Sin una fuente de ingresos estable, cumplir con los pagos mensuales de los créditos adquiridos se vuelve una misión imposible. Esto puede llevar a demoras significativas o incluso al impago de las obligaciones crediticias.
“Las instituciones financieras suelen imponer penalidades y cargos adicionales por los pagos atrasados, lo que incrementa significativamente la deuda. Un historial de pagos irregulares o no realizados puede deteriorar el score crediticio de una persona y dificultar aún más el acceso a futuros créditos y servicios financieros”, explica Hugh Bruce, Chief Consumer Officer de Círculo de Crédito, Sociedad de Información Crediticia (SIC) con más de 20 años de experiencia en el sector.
En el mejor de los casos, el daño es temporal y se limita al impacto en el score crediticio y el aumento de la deuda. Aunque, el panorama puede empeorar.
“Si los pagos se suspenden por completo y no se encuentran soluciones adecuadas, las consecuencias serán mayores, ya que las instituciones financieras tienen la facultad de iniciar acciones legales, como demandas o embargos de bienes para recuperar su dinero”, detalla Bruce.
Círculo de Crédito recomienda realizar 4 acciones en caso de tener que afrontar esta situación:
- Negociar con la institución
- Buscar asesoría profesional
- Reestructurar la deuda
- Explorar todas las opciones