Cosas del Tony

Por: Antonio Sánchez R.

Gran revuelo causó el final del programa televisivo “La casa de los famosos”, que se transmitió todas las noches, de lunes a viernes por el canal 5 de Televisa y los domingos por el Canal de las Estrellas, convirtiéndose en un verdadero fenómeno televisivo en cuestión de “rating”.

Poquito más de dos meses se mantuvo al aire y cuando se empezó a percibir un bajón en el “rating”, tuvieron la ingeniosa idea de crear un conflicto basado en un tema recurrente en los últimos tiempos, la defensa las mujeres, acelerando la “salida” de un participante por una supuesta expresión misógina que “indignó” a integrantes de la casa y, supuestamente, al público en general.

La verdad de las cosas es que, la salida del participante regio, Andrés Marcelo, resultó un inesperado boomerang, pues hubo anunciantes que retiraron su publicidad y aunque se dijo que la expresión vertida había provocado la pérdida de patrocinadores, fue totalmente contrario, ya que fue más la fuga de anunciantes por la salida del conductor regio.

Otro boom publicitario manejado durante la última semana, fue el ingreso a la Casa de Paul Stanley, hijo de Paco Stanley, ejecutado por el crimen organizado hace 25 años. Paul se plantó frente a Mario Bezares y le dijo prácticamente que le daba vuelta a la página y que todo quedaba en el pasado. Jamás mencionó la palabra “perdón”, aunque fue visible que vía “chícharo” le estaban diciendo lo que tenía que decir, pero nunca se escuchó eso que ahora andan diciendo en todos los programas de espectáculos y revista de Televisa.

Mario Rodríguez Bezares estuvo indiciado como presunto cómplice en la muerte de su jefe y amigo Paco Stanley, al igual que Paola Durante. Ambos estuvieron en prisión, pero fueron liberados finalmente, “por falta de pruebas”. Mario estuvo tras las rejas poco más de un año. Salió de la capital del país y se refugió en Monterrey, en donde encontró acomodo en la televisión regiomontana.

Mario Bezares se convirtió, el pasado domingo, en el ganador de “La casa de los famosos”. Casi 40 millones de votos se captaron esa noche y no faltó quienes dijeran que fueron más los que votaron por “Mayito” que por Claudia Sheinbaum, la ya ungida presidente de la república. Y lo correcto es PRESIDENTE, no PRESIDENTA, pero…, los ignorantes dirán lo contrario, aunque no está de más una pequeña explicación: el articulo determina el género, por lo que LA, que es femenino, indica que el ENTE que preside es una mujer. Punto.

Volviendo a los casi 40 millones de votos, obviamente que eso es una exageración, pues no todos los votos fueron para el tal “Mayito”, pero sirve el caso para señalar que durante casi dos meses y hasta dos días antes del cambio presidencial, millones de mexicanos vivieron inmersos en una especie de burbuja o, más bien, estuvieron bloqueados por una cortina de humo mediática que les impedía ver la realidad de lo que ocurría en el país.

La realidad es cruda, cruel y sólo los ciegos o los estúpidos insisten en ver un México fantástico cuando la verdad es que se está desmoronando. El discurso oficial seguirá siendo el mismo: los “otros datos” van a seguir marcando la pauta y la historia la seguirán escribiendo quienes la han venido tergiversando de seis años para acá.

Sólo es cuestión de ver el tiempo que le dedicó la señora presidente a elogiar a su inmediato antecesor para darse cuenta de que el cuento seguirá siendo el mismo e incluso, peor: queda en el aire la incógnita en torno a quién gobernará realmente este país, ya que se ha manejado desde hace varios meses que el Palacio Nacional se convertirá en “La Casa de los títeres” y que quien manejará el asunto será el ahora ex presidente, desde la meritita “Chingada”, su rancho allá en Tabasco.