Luchaverso
por Jonathan Steele Arvizu
Este pasado 19 y 20 de abril, se vivió una edición histórica de WrestleMania, el evento más grande de la lucha libre mundial.
Como ya es tradición, una gran cantidad de empresas, incluso independientes, se reunieron en torno al espectáculo, dando cita a luchadores de todo el mundo —en su mayoría norteamericanos— y acudiendo compañías de renombre como AAA, TNA y NJPW.
Durante esta celebración, hubo luchas a toda hora, además de eventos complementarios como firmas de autógrafos, encuentros con luchadores y concursos de cosplay, que se han vuelto muy populares, ya que los fans asisten caracterizados como sus luchadores favoritos.
Este evento, considerado el Super Bowl de la lucha libre, tiene como combates principales los que se llevan a cabo el sábado y domingo, culminando así las historias desarrolladas a lo largo del año en la WWE. Además, está plagado de sorpresas: este año, una de las más importantes fue la compra de AAA por parte de la WWE, generando enormes expectativas sobre su impacto en la lucha libre mexicana y provocando especulaciones entre los fanáticos en internet sobre los cambios que podrían venir.
Por otro lado, la competencia de WWE, conocida como AEW, en alianza con el Consejo Mundial de Lucha Libre, organizó en la Arena México un evento llamado Grand Slam. Este suceso indica que México vuelve a posicionarse como un referente global de la lucha libre, impulsando una pasión que ya es parte esencial de nuestra cultura.
En menos de doce horas, el evento logró un sold out en la venta de boletos, lo cual demuestra la fuerza y el respaldo que los fanáticos siguen otorgando a este deporte-espectáculo. Este éxito podría motivar a más empresas internacionales a organizar funciones en nuestro país.
Otra gran sorpresa de la semana fue el debut de dos luchadores mexicanos en WrestleMania: Penta El Zero Miedo, anteriormente conocido como Pentagón Jr. en AAA, y su hermano Rey Fénix, reconocido mundialmente por sus combates en Japón y otras ligas.
Penta participó en una lucha de cuatro esquinas (Fatal Four-Way) por el Campeonato Intercontinental, que terminó ganando Dominik Mysterio, luchador con raíces mexicanas.
Por su parte, Rey Fénix sustituyó de último momento a Rey Mysterio —lesionado durante un evento previo en SmackDown— enfrentándose a El Grande Americano, una nueva figura de la WWE que ha conectado con el público mexicano y norteamericano.
Aunque Penta y Rey Fénix no lograron la victoria, conquistaron a la afición, consolidando su presencia y abriendo la puerta a un futuro brillante en WWE.
El combate más esperado de la noche fue el de John Cena contra Cody Rhodes, cuya rivalidad se encendió cuando Cena, por primera vez en más de 20 años, cambió a rudo, reclamando al público su falta de apoyo en los últimos años.
Este giro fue particularmente impactante, pues John Cena fue considerado durante mucho tiempo como “el amigo de todos los niños”, símbolo de valores positivos y esperanza para generaciones enteras.
En una lucha histórica, Cena derrotó a Rhodes de manera controversial, utilizando trampas, y logró romper el récord que mantenía empatado con la leyenda Ric Flair de 16 campeonatos mundiales, alcanzando ahora 17 títulos. Con esto, John Cena se convierte en el luchador más grande de todos los tiempos bajo esta marca, consolidando su legado en la historia de la lucha libre.
El cierre de WrestleMania dejó a la comunidad dividida, ya que muchos esperaban la aparición de La Roca para apoyar a Cena, dado que ambos compartieron recientemente una historia en pantalla. Sin embargo, La Roca no apareció durante el evento. Posteriormente, en entrevista con Pat McAfee, explicó que prefirió no robar protagonismo a Cena y Rhodes, y reveló que su historia fue tejida a último momento para impulsar las ventas de Elimination Chamber.
Estas declaraciones no fueron bien recibidas, ya que rompieron el pacto no escrito de no revelar los entresijos de las narrativas de la lucha libre, afectando la percepción que muchos fans tenían del ex luchador.
La pregunta queda en el aire:
¿La Roca debió aparecer o no? ¿Debió hablar o guardar silencio?
En el Luchaverso, cada máscara guarda una historia… y esta apenas comienza.