Paulo Pedro Cuéllar
La violencia y la delincuencia, nace adentro de los hogares y escurre-gotea por las tuberías de la sociedad.
Y lejos de remediar las fugas, las grietas son cada vez más.
Y es que la violencia y la delincuencia se reproducen y se propagan por un solo factor predominante: la ausencia de padres y madres.
Ningún gobierno, por más espurio que sea, es culpable de la falla estructural del sistema de enfriamiento que debiera producir funcionalidad y armonía a la vida cultural de una sociedad.
Dejemos de disparar sin puntería.
Culpar a los gobiernos, es como culpar a las balatas del calentamiento del radiador sociocultural.
Culpar a los gobiernos de la crucifixión de La Paz, es como exonerar a pilotos de toda culpa ante el asesinato de Jesus.