El Sol de México Online
La nueva Ruta de la Seda es el titánico plan de transportes que por tierra y por mar, de Asia a Europa, África y América Latina, tiene el potencial de transformar a su paso el pensamiento y la cultura.
China ha emprendido un proyecto global de transportes sin precedentes. Lo que hace apenas dos años comenzó con un discurso del presidente Xi Jinping sobre revitalizar la antigua Ruta de la Seda, se ha convertido en el mayor desafío de la economía mundial, una revolución total en las infraestructuras de tránsito de pasajeros, mercancías, hidrocarburos y alta tecnología.En este sentido, pidió a Pekín que realice las consultas convenientes con los grupos de población afectados por los proyectos.”Las críticas a algunos proyectos de la Franja y la Ruta (como la falta de transparencia, la indiferencia hacia las preocupaciones de las comunidades y las amenazas a la degradación medioambiental) sugieren un compromiso superficial” con los países en los que opera, según Yaqiu Wang, investigadora de HRW sobre China.
Denominado Un cinturón-una ruta (One Belt-One Road, en inglés), el plan pretende ser la clave del encumbramiento de China como hiperpotencia.
La iniciativa tiene como objetivo mejorar las relaciones comerciales entre Asia, Europa, África e incluso más allá. Prevé la construcción de puertos, vías ferroviarias, aeropuertos o parques industriales.