jue. Dic 12th, 2024

Desde el pasado 7 de mayo, cuando el Departamento de Comercio de Estados Unidos decidió eliminar el acuerdo de suspensión de la investigación antidumping, los exportadores de tomate mexicano se enfrentan al pago del arancel del 17.5 por ciento para enviar la hortaliza al otro lado de la frontera.

La industria mexicana del tomate se está “desangrando” porque en menos de un mes sintió el efecto negativo del arancel que le impuso Estados Unidos, sostuvo Salvador García Valdez, presidente del Consejo Agrícola de Baja California.

Desde el pasado 7 de mayo, cuando el Departamento de Comercio de Estados Unidos decidió eliminar el acuerdo de suspensión de la investigación antidumping, los exportadores de tomate mexicano se enfrentan al pago del arancel del 17.5 por ciento para enviar la hortaliza al otro lado de la frontera.

Esta situación, estimó, implicará un costo superior a 350 millones de dólares para el exportador mexicanos de tomate durante lo que reste del año en curso.

“Pero el pago del arancel (…) está sangrando a la industria ahorita. El costo está siendo enorme por parte de los exportadores y no creemos que podamos durar mucho tiempo con un costo tan elevado de arancel”.

Aseguró que esa situación ha empezado a repercutir con la pérdida de empleos, caída contratos con empresas estadounidenses y, por tanto, las exportaciones están frenadas.

Los productores de Sonora han reportado una baja de 50 por ciento en sus exportaciones hacia el vecino país, aseguró Germán Gandara, representante de la Asociación Mexicana de Horticultura Protegida (AMHPAC).

Los exportadores del centro también han registrado una reducción de 30 por ciento y se espera que en Baja California ocurra algo similar, pues ahí empezará la cosecha, apuntó en rueda de prensa.

García Valdez recodó que la industria tiene 400 mil empleos directos, de los cuales 50 por ciento son pequeños y medianos productores y son ellos quienes se ven imposibilitados de hacer frente a esta pesada carga financiera.

Los representantes de la industria aseguraron que ese escenario podría llevar a la quiebra a las empresas mexicanas, bajar la producción nacional e incluso elevar el precio de la hortaliza en un mediano plazo para el consumidor final.

García Valdez dijo que si bien se trabaja a marchas forzadas con Jesús Seade, subsecretario para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), para lograr un acuerdo conclusivo con el Departamento de Comercio de Estados Unidos, siguen sin dar respuesta incluso, a pesar de haber cedido en las peticiones de los productores de Florida.

María Dolores Aguirre González, abogada de los productores, expresó que también se mantiene una relación cercana con la Secretaría de Economía (SE), pero “necesitamos que nos acompañen de la mano en toda esta negociación”.

“Si hemos encontrado apoyo con la SE, SRE y la Oficina de Presidencia, sin embargo, los tiempos nos comen y necesitamos contundencia”.

El pasado 22 de mayo se presentó una nueva propuesta “más fuerte “al Departamento de Comercio de Estados Unidos para alcanzar un acuerdo para cubrir las importaciones de tomate y, entre los puntos, se incluyeron nuevos precios de referencia con incrementos de hasta 180 por ciento para una categoría ampliada de tomates.

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