*Pronostican que 2019 cierre con ingresos por 9 mil 040 millones de dólares para las compras y pagos por vía electrónica y un alza anual de 8.4 por ciento
Los mexicanos han superado barreras culturales y tecnológicas, como la confianza y el acceso a Internet, y ello ha impulsado un ambiente favorecedor para la economía digital y un “boom” del comercio electrónico en el país, expresaron empresarios del sector consultados por EFE.
Los ingresos en el mercado del comercio electrónico en México alcanzarían 9 mil 040 millones de dólares a finales de este año y los 12 mil 479 millones de dólares para 2023, un aumento anual de 8.4 por ciento, estima la empresa de investigación Statista en su más reciente reporte.
“Por fin, el comercio electrónico en México está despertando y tiene crecimientos a tasas muy altas. De hecho, a nivel mundial, México es el país con mayor crecimiento de comercio electrónico, creciendo en un 35 por ciento la cuota de mercado”, comentó en entrevista David Geisen, director general de Mercado Libre México.
Geisen, quien también es cofundador de la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO), señala que este aumento se debe a que ahora hay cuatro veces más mexicanos conectados a Internet que hace 10 años, pues en la actualidad existen 83 millones de internautas en el país en comparación con 20 millones de hace una década.
El empresario asevera que, de los 18 países en los que opera Mercado Libre, de origen argentino, México es el que presenta más crecimiento, pues tan sólo en el segundo trimestre del año facturaron 64.4 millones de dólares, 267 por ciento más que el mismo periodo de 2018.
Como muestra del optimismo, la compañía invirtió 300 millones de dólares en México este año.
Mientras que en 2017 invirtió 100 millones de dólares, recursos que se destinan en gran parte a buscar soluciones de logística y a métodos de inclusión financiera, uno de los grandes retos del país.
“Hay poca bancarización, en general, en México. Hay más de 54 millones de adultos que no tienen acceso al crédito o al banco. Por lo visto, había que desarrollar métodos de pago alternativos que incluyan a esa parte de la población, sin obligarles a tener una cuenta bancaria”, precisa Geisen.