vie. Jul 26th, 2024


Por Salvador Hernández LANDEROS
Andrés Manuel López Obrador no le está haciendo daño a México, son los
medios de comunicación que a diario caen en su juego mañanero.
El presidente ya les tomó la medida y él no deja escapar la oportunidad diaria
para captar la atención de los ciudadanos a través de ellos mismos.
Tan les tomó la medida que con su doble lenguaje los insulta. Le llama prensa
“fifi” y emplea hechos del pasado para ofenderlos al equipararlos con perros.
Incluso les espetó la frase del Gustavo A Madero, “Le muerden la mano a
quien les quito el bozal”. ¿Será acaso por la publicidad oficial?
Frente a cámaras él se luce, sabe que la atención está centrada en él, actúa en
forma presumida y vanidosa, muy propia de un megalómano.
A modo de crítica, un megalómano es una persona con poder para influir en
la vida de los demás, ya sea por popularidad o por ocupar un alto cargo.
López Obrador en sus conferencias mañaneras tiene obsesión por el pasado.
De lo que sucede a diario culpa a anteriores gobiernos, sin nada positivo.
Las mañaneras de López Obrador son de siete a ocho y media o nueve. Pero
ningún medio ha publicado el nivel de audiencia o rating que tienen.
A esa hora, se supone que la mayoría de los ciudadanos van a su trabajo, a
dejar sus hijos a la escuela o andan ocupados en alguna actividad matutina.
Tal vez en ese horario AMLO capta la atención de jubilados o personas sin
quehacer, a quienes pone un “bozal económico” a manera de apoyo social.
Una exigencia de respeto hacia los medios, sería no acudir a sus conferencias
mañaneras televisivas, que suelen ser las más comprometidas con el gobierno.
chavalolaneros@yahoo.com.mx

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