Crónica de Pedro García Treviño
“¡Sinvergúenzas!”, se oye en el atestado camión cerca de las ocho de la mañana. Era una mujer que se quejaba de manera abierta del mal servicio de transporte…
-Pasaron dos camiones y ninguno se detuvo- dijo, despertando el interés de más de cincuenta pasajeros.
Otra mujer construyó un diálogo con la quejosa al señalar que pasó una hora hasta que un chofer se paró a levantarla. Iba a la Clínica 15 del Seguro Social ubicada por Ruiz Cortines.
“Tengo cita a las 8 con el doctor y voy a llegar tarde”, informó a su interlocutora quien, a su vez, dijo que dos choferes la dejaron con el brazo extendido en el parabús.
La molestia, la angustia, de no poder abordar el transporte no la privó de los detalles:
“Ahorita pasó el camión 101 y no se paró. Era un viejo prieto y gordo”. El resto de los usuarios se enteraban cómo era más o menos el villano de ese ´martes de mercado´.
Mientras tanto, en el Congreso del Estado la Comisión del Transporte se reunía en sesión de trabajo con miras a sacar, de una vez por todas, una nueva Ley de Movilidad relacionada precisamente con todo lo que tiene que ver con las necesidades de la transportación.
Por cierto, está pendiente la decisión del gobernador “El Bronco” de decretar, es decir, publicar en el Periódico Oficial la recomendación que le hizo el Consejo del Transporte de aumentar la tarifa (tarifazo) en 17 por ciento.
Eso, en tanto que la Comisión de Salarios Mínimos pronto también emitirá, a nivel federal, la propuesta de alza salarial que, regularmente, se basa en el índice inflacionario que oscila del 3 al 3.5 por ciento.
Luego, los camioneros de Nuevo León quieren un tarifazo de 17 por ciento, casi seis veces la inflación.
“Sí, era un viejo prieto y gordo” el que se pasó con el camión casi vacío y no nos levantó, dijo la mujer al tiempo de acotar:
“Este (el chofer que sí la levantó) es buena gente, porque nos viene levantando a todos los que el otro dejó parados”…Sonreía satisfecha de ir circulando rumbo a su destino.
De a poco, la unidad de la ruta 122 fue desalojada por los numerosos usuarios: trabajadores, estudiantes y pacientes de la Clínica 15 donde también hay una gran demanda por enfermedad respiratoria.