El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo a quienes lo critican por no haber vendido el avión presidencial que “no son tamalitos de chipilín”, y planteó cinco opciones para terminar con esta “lamentable historia”, entre ellas ofrecerlo en una rifa a través de la Lotería Nacional.
El boleto para aspirar a ser el ganador de la “aeronave más emblemática del continente” costaría 500 pesos- seis millones de cachitos- para juntar el total del precio de avalúo que son 3 mil millones de pesos. Al afortunado se le daría el avión con servicio de operación de dos años o de un año incluido.
“En el caso de la lotería serían seis millones de números, de cachitos, para que se entienda, 500 pesos, son tres mil millones; el avión, si son 130 millones de dólares estamos hablando de dos mil 500”, explicó el presidente durante su conferencia mañanera.
Indicó que se buscaría definir algunas reglas como condición, pues “sería muy desafortunado” que quien lo gane lo malbaratara y en caso de que lo venda, sea por menos del avalúo; si lo va a rentar, tiene que tener una empresa que se lo administre.
La rifa sólo es una de las opciones, México también ha solicitado de manera formal a Estados Unidos intercambiar la aeronave por el equivalente en equipo médico.
Otra alternativa para para deshacerse del Boeing 787 que fue adquirido en el periodo de transición de los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, es venderlo “en partes” a 12 compañías nacionales que conformarían una sociedad, por lo que correspondería a cada empresario pagar cerca de 11 millones de dólares.
Por último, citó el caso de un avión en Asia que se renta por 70 mil dólares la hora, el mandatario propuso alquilar la aeronave bajo la administración de la Fuerza Aérea de México. El avión presidencial tiene capacidad para volar por 800 horas al año con un costo de operación de 15 mil dólares por hora.