mar. Feb 18th, 2025

Arnulfo Vigil

No obstante las reiteradas promesas del gobernador Samuel García de acabar con todo lo oscurito en la función pública para darle cabida a la transparencia, al parecer miembros de su equipo más cercano no le hacen caso. Y siguen tejiendo alianzas soterradas que cubren intereses de otro tipo, no los de trabajar por el bien de la sociedad. 

Dos de los principales ejes de gobierno de Samuel García, firmados desde que era candidato, son acabar con la corrupción y arreglar en definitiva el problema del transporte urbano. Por lo tanto es de esperarse que no haya ningún acto de corrupción en su gobierno. Ni de algún secretario ni mucho menos de él mismo.

En lo referente al transporte, el gobernador señaló que no se va a aumentar la tarifa, que se va a reestructurar el sistema de traslado para no afectar a los usuarios, que se abrirán licitaciones para nuevos empresarios y que se van a adquirir nuevas unidades, alrededor de 800 con gas natural y electricidad para no contaminar.

Se dijo que esas unidades serían facilitadas por el gobernador de Guadalajara, Enrique Alfaro, en calidad de préstamo; luego se dijo que las unidades serían autofinanciadas, es decir, se pagarían con el precio de la tarifa del usuario. Que se abrirían licitaciones para que participaran empresarios interesados en el asunto. 

Y mientras el gobernador anda en Europa, Hernán Villarreal, secretario de Movilidad, convoca a una reunión el Consejo del Transporte para dar a conocer el plan de arrendamiento de las unidades del transporte. No se sabe si el gobernador está enterado de ese plan. Hernán, confiando en que tiene mayorías en el Consejo de transporte, estaba seguro que le aprobarían el plan. Por eso no avisó ni a las ONGs ni al Congreso del Estado. Y mucho menos envió la información necesaria para su análisis. Y pasó por encima del Instituto de Movilidad. Esto no le preocupa porque tiene en la Dirección a un incondicional, con el que ha hecho negocios con anterioridad.   

   Pero, oh sorpresa, las ONGs, los organismos intermediarios y diputados no estuvieron de acuerdo con la reunión, a la que, incluso, habían sido invitados los medios de comunicación. Y la reunión donde se tomaría la decisión se aplazó. A fuerzas, Hernán Villarreal aceptó la decisión: ni modo, algo se la iba de las manos. Y recurriendo a la filosofía del filósofo latino Cínico farfulló: “Solicito una disculpa por la premura, les vamos a hacer llegar toda la información. Por descuido se nos pasó comentarles que el proyecto que se va tratar aquí tiene que ver con el PIMUS, que es un estudio ya muy desarrollado, no es algo que sea sacado de la manga”. Aunque originalmente el Estado había anunciado la adquisición de 510 camiones para la renovación de las unidades de transporte, ahora proyecta comprar 910 durante el próximo año…

    Entonces ¿dónde quedó la bolita? ¿Cuál premura? ¿Las unidades del transporte se van a comprar, se van a pedir prestadas o se van a arrendar? Si es esto último ¿a quién y a cuánto y qué tiempo? ¿No sería mejor comprarlas para que sean autofinanciables? Hernán Villarreal, especialista en la materia, que ha ocupado la Dirección del Consejo del Transporte, siempre ha sido aliado de los transportistas, no de los usuarios.  

    Y ahora teje algo en lo oscurito, distante de la transparencia pregonada por el gobernador Samuel García. 

Por Admin

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *