Raúl Guajardo Cantú
Aunque apenas despunta el sexenio de Samuel García, ya hay voces que exigen solucionar problemas que debido a su propia naturaleza no tienen una solución de corto plazo, tales son el Metro, el abasto de agua para la zona metropolitana de Monterrey, la contaminación ambiental y el Covid.
Ninguno de esos problemas tiene una solución que pueda instrumentarse en 4 o 5 meses, por el contrario tienen un horizonte de largo plazo, vayamos por partes.
La semana que está por concluir nos trajo una falla importante en el Metro que tuvo inmovilizada a la línea 2 durante casi 15 horas, todo por una falla de mantenimiento, un mantenimiento que no recibió por lo menos durante los 6 años anteriores y que requiere de miles de millones de pesos para ponerse al corriente, dinero que por ahora no existe en las arcas estatales y que se conjuga con unas malas declaraciones en el sentido de que para abril se podría poner en práctica el mantenimiento.
La falta de agua para abastecer el área metropolitana de Monterrey no se gestó en los pasados 4 meses y, pese a que se sabía que se presentaría, hay poco por hacer en el corto plazo, sobre todo porque hace años que se detuvo una obra que quizá hubiera acabado con el problema cíclico que presenta este rubro.
La contaminación ambiental difícilmente se resolverá en el corto plazo, ya que algunas de las causas de esta requieren soluciones de largo aliento, lo mismo pasa con el Covid, pese a que aquí se están tomando acciones que van más allá de las que muestra el gobierno federal.
No debe pedirse que estos problemas se solucionen en el corto plazo, aunque sí, que se vayan realizando los pasos que la solución final requieren y eso es lo que deberíamos estar observando.