mar. Oct 8th, 2024

Gerson Gómez
Acostumbran a gastar en vicios. La maldición gitana para toda la semana. Apenas pueden despertar. Curan el malestar con cristal y cocaína. Natanael, el Santa Fe y Cibrian en sus listas de reproducción musical.
Añoran al pirata de sus corazones. Para eso se tunean la nariz, la cintura, el levantamiento de busto, la bicho en las mejillas y hasta el reacomodo de grasa en la parte baja de la espalda.
Idealizan las letras al sonido del tamborazo, de la tuba y la voz nasal. La vida es un pasaje directo al infierno. A eso les señala el destino. Con la mano huesuda de la espontaneidad.
Valores. Solo los de la cartera. Del cash en efectivo. Madres solteras de uno, dos o más bendiciones. La intención de los críos. Son las reinas del sur. Indoctrinadas por el evangelio de la abundancia. Venga a la ceremonia de quien enseña vende.
Lexicón de verduleros. Plagado de groserías. Entre mayor blindaje de majaderías, la calidad de acompañantes.
Ahora entre los veintes, no les alcanza para cerrar la mollera de la madurez. Ilustran las páginas de la nota roja. Aun lo desconocen. Sus nombres, en el camino de la perdición, composta de la tragedia generacional.
Los faramallosos son altaneros, sus compañeras faramallosas, son el jugo del incumplimiento. Dueños de nada valioso o importante.
Les va y les viene, los temas tabús. Beso de tres. Beso de cuatro. Entumen al poliamor. Esos son el grueso de los votantes para el año del 2024. A quienes les van a hablar con el idioma común: del chiquero en proceso de descomposición.

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