Gerson Gómez Salas
Abruma la forma banal de gobierno de Samuel García Sepúlveda. La prueba más contundente se ofrece en las encuestas.
Los regiomontanos no tienen preferencia por Adrián de la Garza. Ya conocen mucho de su proximidad con Francisco Cienfuegos. Les parecen demasiado cercanos a los personajes siniestros, los exgobernadores priistas Rodrigo Medina de la Cruz y Natividad González Parás.
La posibilidad real de Mariana Rodríguez, esposa del gobernador, se divide entre quienes no desean ofrecerle a Samuel el control absoluto de la capital de Nuevo León.
Si Adrián de la Garza usa la A como el logo de los Vengadores de Marvel Comics. Está muy lejos del Profesor Xavier de los X Men y más enraizado con Magneto, el archienemigo de los mutantes.
Adrián menos es el Hombre Araña, el Hombre de Hierro, Hulk o el Capitán América. Su desgaste como figura pública, como también de la coalición del PRI con el PAN y con el sin registro estatal PRD.
Cada apapacho de Francisco Cienfuegos a Adrián le resta puntos. Mariana carece de toda formación política. Para su gran corazón, como revista española de cotilleo, los recursos públicos son para usarse en caprichos personales.
Ha confundido el voluntariado social con el presupuesto de una oficina sexenal.
Adrián debe pedir prudencia los correligionarios. Atender a las vecinas de las colonias populares y al acompañamiento de sus hijos en las colonias de clase media y media alta de Monterrey.
Con medidas tan sencillas recuperaran el territorio perdido. Apalancará a los diputados locales de la coalición PRIPANrd para desplazar a Movimiento Ciudadano y a los desconocidos de MORENA.