Por Alberto Hernández
Uno de los retos que enfrentarán las nuevas administraciones municipales será la de aplicar en su nueva responsabilidad, formas competitivas de gobierno que incidan favorablemente en todos los habitantes sin distingo alguno; por lo que, en su estructura y operación deberán estar mejor organizados, y que en sus planes de desarrollo municipal, contemplen objetivos y acciones que atiendan y sobre todo resuelvan las necesidades y aspiraciones de la gente.
Los municipios en su actuar cotidiano, deberán considerar antes que cualquier otra cosa que los servicios y programas que vayan a implementar a favor de sus habitantes tengan una marcada y medible eficiencia, eficacia y calidad, por lo que sus modelos de gestión tendrán que ser innovadores, simplificados y modernos convirtiéndoles en autenticas entidades públicas competitivas.
El objetivo principal de las nuevas administraciones municipales deberá considerar para sus habitantes una “prosperidad compartida” que combine la igualdad, el crecimiento y las oportunidades de desarrollo y bienestar. Observando como elementos inalterables, la equidad, la inclusión, la igualdad, la seguridad humana y el crecimiento económico y social, sobre todo para las comunidades menos favorecidas.
“La prosperidad compartida”, dependerá de todas las oportunidades que les sean a todas las personas, por ejemplo el de acceder a mejores empleos o a poder ser sujetos de emprendimiento, dándoles las facilidades para ello.
Las nuevas administraciones municipales deberán ofrecer en sus planes y programas un entorno propicio para la inversión económica, por lo que las dependencias municipales de desarrollo económico, tendrán que implementar desde su planeación estratégica, políticas públicas que amplíen y favorezcan todo el marco de oportunidades para el crecimiento económico y social de las personas.
En diversas ocasiones y en distintos foros, organismos internacionales como la OCDE y la OIT, se han manifestado en la importancia de que las dependencias municipales de desarrollo económico de los municipios, impacten de manera favorable no solo a las PYMES sino también a las medianas y grandes empresas instaladas en sus respectivos territorios.
Las nuevas administraciones municipales tendrán como obligación asumir desde el primer día de su gestión, como la entidad pública de mayor cercanía con la gente, atendiendo y promoviendo el mayor nivel de gestión pública, construyendo un moderno sistema de atención productiva para los empresarios y emprendedores, impulsando y afianzando una moderna y eficiente mejora regulatoria simplificando trámites y procesos con una avanzada tecnología y uso eficiente de la digitalización que tenga como prioridad, la inversión productiva, creando un “pacto productivo” entre la autoridad, los ciudadadanos y el sector empresarial, que incluya “alianzas estratégicas” que hagan del desarrollo económico parte esencial de la “prosperidad compartida”.