sáb. Oct 5th, 2024

Por Gerardo de la Garza

El samurái sigue siendo uno de los personajes más legendarios del folclore japonés. Estos guerreros honorables, que manejaban espadas curvas o katanas con una precisión sorprendente, fueron los amos de toda la isla, respondiendo únicamente al todopoderoso Shogun.

A lo largo de los años, han existido numerosas películas que retratan esta épica profesión, desde las obras maestras del legendario Akira Kurosawa hasta las violentas cintas de Quentin Tarantino. Pero fue en 2003 cuando el actor y director Takeshi Kitano, conocido por sus intensas historias sobre los Yakuza (la mafia japonesa) en películas como Hana-Bi (1997) o Brother (2000), decidió adentrarse en este universo histórico, adaptando a un famoso antihéroe de culto en Zatoichi.

La acción transcurre en el Japón del siglo XIX, durante la era Meiji, un período de transición en el que Kitano interpreta a un masajista ciego que pasa su tiempo libre apostando. Aunque parece inofensivo, su bastón oculta una afilada espada, y él es un letal guerrero. Al llegar a un pueblo, descubre que está dominado por una despiadada pandilla liderada por el señor de la guerra Ginzo (Ittoku Ishibe), quien ha ganado más poder desde que reclutó al ronin (samurái sin señor) Hattori Genosuke (Tadanobu Asano).

Así comienzan las aventuras de este espadachín ciego, acompañado por su fiel amigo Shinkichi, un apostador descarado. En el camino, conocen a las hermanas geishas y asesinas O-Sei (Daigoro Tachibana) y O-Kinu (Yuuko Daike), formando una improbable alianza para acabar con los criminales en una sangrienta serie de batallas donde nada es lo que parece.

El filme cuenta con espectaculares secuencias de acción, siguiendo la tradición de las películas japonesas, en las que el espadachín ciego se enfrenta a numerosos enemigos sin importar cuántos sean. Aunque en algunos momentos la película pierde ritmo al explorar las historias secundarias, como el trágico pasado de las geishas o el amor torturado del ronin Hattori, Zatoichi nunca deja de entretener, aunque el final pueda parecer algo desconcertante. Lo que sí es impecable son las coreografías de las batallas.

Si disfrutaste de la épica de Los siete samuráis de Kurosawa o de la brutalidad estilizada de *Kill Bill* de Tarantino, Zatoichi no te defraudará. Te ofrecerá una nueva visión del samurái y del espadachín en la historia del cine. Esta película sigue siendo una joya que puedes disfrutar en plataformas de streaming o en formato físico. Así que adelante, busca tu katana… nunca se sabe cuándo será el momento perfecto para revivir la leyenda.

¡Banzai!

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