Gerson Gómez Salas
Emocionan en positivo las noticias de valor. Aquellas donde resalta el espíritu de triunfo. La semana anterior conocimos dos sucesos extraordinarios. La joven de 12 años Adahara Pérez.
Crecida en el estado de Veracruz. De familia humilde. Su IQ rebasa a Stephen Hawking y Albert Einstein. Soñadora con llegar a Marte. Con dos ingenierías ya terminadas, por concluir la maestría.
No puede trabajar en sus profesiones por su edad. Ni tampoco ser investigadora del sistema. Al no ser mayor de edad. Apenas llegando a la adolescencia. Para los contemporáneos a ella, le resulta tediosa. A los mayores, su talento es asombroso.
También originaria de Papantla Veracruz, Ángela Elena Olazarán Laureano, con 17 años de edad, fue elegida como la mejor estudiante del mundo por el desarrollo de un sistema de auxilio mediante IA.
Ángela Elena es egresada del sistema CONALEP. Con lo cual derrumba uno de los mitos y prejuicios clasistas de quienes cursan en la noble institución técnica. Ella tampoco, por ser menor de edad, puede ser investigadora del sistema nacional.
Dos mujeres brillantes. Empoderadas. Reflejan la oportunidad de revertir el siglo de machismo. Ellas, veracruzanas, al igual a quien hoy toma el poder de presidente de México a sus 62 años, revolucionan las conciencias de quienes piensan en el género como limitante.
El presente es femenino. Debemos acostumbrarnos a verles activas. Capacitadas en dirigir hasta dentro de la milicia. No está lejos ese día. Incluso nuestros vecinos del norte, tienen la posibilidad real, para otorgar la confianza a Kamala Harris.
Tal vez inviertan los roles. Los varones eduquemos a los hijos. Limpiar la casa e ir a comprar al super. Eso es cuestión de tenacidad. Ya no de prejuicios.