Gerson Gómez Salas
Podemos medir la salud mental de un pueblo. Existen varios indicadores básicos. Por la calidad de sus Universidades. Al elegir a sus dirigentes por medio del voto popular. En las organizaciones y frecuencias de conciertos o festivales.
Bajo la implementación de lideres sociales en contrapeso a las injusticias cotidianas. Con los índices de felicidad por encima del convoy de violencia por los trabajadores no sindicalizados del crimen organizado, el de cuello blanco, entreperneurs inmobiliarios y el de las células de los carteles, surtiendo narcotienditas, ejecutando a los deudores, competidores e infelices colaterales.
Nuestro índice estatal de lectura está por debajo de Jalisco, Querétaro, Guanajuato, Coahuila, Estado de México y la CdMx.
En Nuevo León no existe mercado para librerías. Las pocas existentes sobreviven en la necedad de sus dueños, administradores o por prestigio personal.
Organizar la FIL del ITESM en CINTERMEX carece de sentido. Se le puede observar en la fenomenología del youtuber, vblogtuber y los títulos de superación personal. Ni la piratería está interesada en ofrecer, como lo hace en puestos apócrifos del rumbo de la Alameda Central en la CdMX.
Traer autores internacionales y nacionales a conversatorios inútiles. Tedioso, aburrido. Los autores locales enloquecen si les mencionan en el programa impreso o en la pléyade de anodinos a consulta de las musas inspiracionales.
La FIL de Monterrey 2024 agoniza desde el primer día de su fundación. Dirigida por chilangos cometas, funcionarios de relumbrón.
Pobres reporteros locales cubriendo la Feria del Libro. Tan cerca de Estados Unidos y tan lejos de la fama, prestigio y buen nombre, de los medios nacionales, los de la capirucha.
Viva los libros. Larga existencia a la cultura transarachonal. El arte no es popular. Sino elitista. Espere mejor al Festival Santa Lucia. Curado por Victoria Khune. Va a hacer menos corajes.