sáb. Dic 21st, 2024

Luz María Ortiz Quintos 

Instituto Nacional de Consultoría Familiar 

El comediante mexicano Rafael Inclán generó críticas en redes sociales al referirse a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, como “ama de casa”. No considero que se debe tomar como un término despectivo el ser “ama de Casa”, el hecho de que en la actualidad existen más mujeres que se desarrollan laboralmente fuera de casa, y referirse a la presidente Claudia así, es una broma machista… Como si la mujer solo fuera hecha para estar en casa, es una cultura que ha cambiado. Como mujer, valoro, admiro y reconozco a las mujeres que, a pesar de tener estudios, preparación y experiencia, renuncia a una vida profesional o laboral por quedarse como “ama de Casa”; gran labor de la mujer, que en la mayoría de las veces se hace sin reconocimiento ni remuneración.

Pero en el caso de la presidenta, suena a falta de respeto. Independientemente de si le cae bien, o no, ese comentario es misógino. Como mujer, por supuesto que me da gusto ver a otra mujer llegar a esa posición de poder, pero aún falta mucho trabajo para equiparar posiciones en la función pública y privada, espacios para mujeres en niveles de liderazgo, tomas de decisiones, etc., y ser reconocidas por los títulos universitarios, experiencia y desempeño. Es un gran reto cuando dentro del mismo sexo, entre mujeres, no nos apoyamos o reconocemos. Por otro lado, existen también un grupo de mujeres que, por sus encantos, y no tanto por su capacidad o inteligencia, logran ciertas posiciones… Ser ama de casa es una ocupación que cada vez va disminuyendo más, gran parte de la desintegración familiar se debe a que ahora tanto hombres como mujeres trabajan fuera de casa, y esto provoca el cambio en las familias, cambio que origina más independencia, e individualidad, dejando la crianza de los hijos al cuidado de terceros. Roles que anteriormente estaban muy definidos, ahora deben ser alternados. En muchas ocasiones los comentarios de la familia extendida, suegras, suegros, no aprueban este tipo de roles nuevos, afectando a la relación de las familias que deben combinar las labores del hogar, el cuidado de los hijos y los empleos haciendo estas labores tanto el hombre como la mujer. La búsqueda de las familias por elevar la calidad de vida, ha originado que ambos esposos tengan que trabajar para cubrir el pago de gastos, servicios, alimentos y educación. Así que, en estos tiempos, ser “ama de casa” es un privilegio de pocas mujeres.–

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