Dejar a Saúl en el trono no fue un error, fue misericordia.
El tiempo que Saúl reinó fue una extensión de la gracia de Dios para que volviera su corazón a Él y guiara a su pueblo, no como guerrero sino como pastor, y fue una capacitación intensiva para David de pastor a un hombre conforme el corazón de Dios.
Sé que muchas veces dudamos del plan de Dios por la mala gestión de algunas de nuestras autoridades, pero Dios no comete errores, es la humanidad la que lo hace y necesita reconocerlo, pedir perdón y obedecer a Dios para corregirlos.
Dios está dando tiempo para que hagamos un cambio, y para tener un corazón como el Suyo.
¿Estamos dispuestos a reconocer nuestros pecados y obedecerlo para vivir diferente?
“No es que el Señor sea lento para cumplir su promesa, como algunos piensan. Al contrario, es paciente por amor a ustedes. No quiere que nadie sea destruido; quiere que todos se arrepientan”.
¿Cree esto? Hable con Dios, lea la Biblia y descúbralo. Solo la Verdad nos hará verdaderamente libres.
2 Pedro 3:9 NTV
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