Gerson Gómez Salas
Enfatizamos la frase desafortunada. Los pelotazos son en la frontera. Dice el gobernador de Nuevo León. Samuel García Sepúlveda de facto acepta la incompetencia. Gobierna solo para la zona metropolitana.
Nuevo León es frontera con el sur de los Estados Unidos de América. Suponemos referirse a Anáhuac, Colombia y Lampazos. Zonas donde el imaginario colectivo de Samuel es limítrofe.
Da la casualidad, suponemos, los índices de violencia por los grupos delictivos, en las zonas de Juárez, donde gobierna MC, el poniente de Monterrey, de San Bernabé y puntos intermedios.
La Risca, la Independencia, la Industrial, San Ángel Sur, Revolución Proletaria, La Campana, otra vez en la capital del estado, resultan con números rojos. Levantados, ejecutados y empaquetados.
También en zonas de San Nicolas de los Garza, San Pedro Garza García, Escobedo ni se diga. Ciudad Guadalupe hierve en robos, balaceras y datos ocultos. Entonces cual es la frontera. La de los pelotazos de San Samuel García.
Efecto cucaracho. Las brechas rumbo al sur y al norte, contienen múltiples narco campamentos, zonas de exterminio, paso franco de drogas e ingreso de armamento hacia los diversos grupos en disputa.
Nuevo León vive el día a día en la tensa calma de la siguiente batalla. Tal vez Samuel en el pent-house donde radica en San Pedro, con la música infantil de su hija en el sistema de audio digital en el hogar, le de la paz mental.
Solo la lluvia baja los indicadores. Ni la Fuerza Civil, la Guardia Nacional o las Policías Municipales frenan el asedio. Mucho menos las frases de hilaridad del gobernador de las minorías.