¿Te acuerdas cuando tus hijos no podían hablar y su llanto te hacía correr a ayudarlos?
No te preocupes por la calidad, extensión o elegancia de tu oración, sino por la necesidad con que se la dices a Dios, hay muchas oraciones que han sido dichas solo con una lágrima y eso ha conmovido el corazón del Padre más rápidamente que ninguna otra palabra.
“Un clamor es nuestra primera emisión y, en muchos sentidos, el más natural de los sonidos humanos; Si nuestra oración fuera, como el llanto del niño, más natural que inteligente y más ferviente que elegante, no será menos elocuente con Dios. Hay un gran poder en el llanto de un niño para prevalecer en el corazón de un padre”. (Spurgeon)
“Cuídame como a la niña de tus ojos; protégeme bajo la sombra de tus alas, de los malvados que me atacan, ¡de los enemigos mortales que me rodean!”
¿Cree esto? Hable con Dios, lea la Biblia y descúbralo. Solo la Verdad nos hará verdaderamente libres.
Salmos 17:8-9 DHHEmail mujervirtuosa@instruccionespersonales.com
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