Verónica Valencia
Como consultora en comunicación y marketing, me emociona ver cómo diversas generaciones conviven en el entorno laboral. Me gusta ver como los Baby Boomers, se sorprenden al ver como los Millennials y Centennials toman notas en sus dispositivos electrónicos y cómo su lugar favorito en la sala de juntas es junto a una toma de corriente; mientras que la Generación X está lista con su libreta y pluma para tomar notas, claro sin dejar de ver el reloj, porque tienen otros proyectos que atender.
Sin embargo, mi emoción se desvanece al entrar en reuniones donde no hay una buena comunicación, la tensión se apodera del ambiente y en lugar de lluvia de ideas, hay una lluvia de quejas y culpas que impiden el avance del proyecto.
Aunque el diálogo abierto y respetuoso debe de prevalecer en cualquier ambiente laboral, no importa si la empresa es grande o pequeña, esto no siempre sucede y en la mayoría de los casos es porque los equipos carecen de habilidades de comunicación o no hay una cultura organizacional donde prevalezca el respeto por las ideas de los empleados.
Pero también hay otro factor que influye en la dinámica laboral: el organigrama, que es como un mapa que ayuda a entender quién es responsable de qué y cómo fluye la información dentro de la empresa.
Me ha tocado trabajar en proyectos donde el dueño, que casi siempre es el director en una Pyme, se jacta al decir que en su organización no hay organigramas, ni jerarquías y que todos pueden opinar. Lo cual es excelente si se está trabajando en un proyecto que nunca tendrá fin.
Y es que un organigrama bien diseñado no solo define roles y responsabilidades, sino que también establece líneas de comunicación claras entre los diferentes niveles de la empresa. Esto es muy importante para que todos los empleados comprendan a quién deben dirigirse para resolver dudas o proponer ideas.
Al tener una referencia visual de la jerarquía y las interacciones, se minimizan las confusiones y tensiones en las reuniones, ya que cada miembro del equipo tiene una comprensión más clara de su posición y la de sus compañeros.
Hace poco leí el estudio “Talento en Equipo: Trabajar con Cuatro Generaciones 2024”de Natura, el cual dice que el 85% de los profesionales se relaciona con al menos tres generaciones distintas en su lugar de trabajo, lo que significa que los conflictos comunes pueden magnificarse por diferencias en las formas y herramientas de trabajo.
“Hay que mirar a las generaciones como cultura. Esta estrategia podría parecer dominio exclusivo del equipo de talento, pero se trata de algo más que reclutar, retener y hacer avanzar el talento de todas las generaciones. Los líderes también tienen la tarea de crear las condiciones que motiven a los mayores y jóvenes a estar aprendiendo unos de otros, compartiendo su sabiduría y conocimientos, sin miedo ni inseguridad”, concluye el estudio.
Y en este sentido el organigrama está evolucionando hacia estructuras más dinámicas y flexibles, ahora no sólo representan jerarquías estáticas, sino también redes de colaboración y equipos interdisciplinarios. Lo que ayudará a las empresas a adaptarse al futuro y la innovación.
Todos los comentarios son bienvenidos a veronica@vaes.com.mx
Nos leemos, la próxima vez. Hasta entonces.
VERÓNICA VALENCIA GÓMEZ es divulgadora y consultora de comunicación y mercadotecnia en Vaes Comunicación. Es periodista especializada en Tecnologías de la Información, cuenta con una maestría en marketing digital y certificación como instructora capacitadora on line y offline.