mar. Dic 10th, 2024

Gersón Gómez Salas

Pasamos del sistema médico danés al infame humanista mexicano. Con todos los análisis minuciosos con los mejores pronósticos. Nos internamos para la reconexión del estómago al sistema digestivo.

Día 23 de octubre. Descansados. Sin sobresaltos. Día y medio después despertamos de un sueño aletargado. Toda la familia nuclear azorada. Primero un ojo. Estos no son los Estudios Universal. Tampoco el mundo fantástico de colores.

A rajatabla la frase demoledora.

Te moriste. Ah caray. En los nueve cubículos pensamos en los vecinos. Solo cuatro estamos ocupados. Le llaman la unidad de cuidados intensivos.

Entonces procesamos la noticia. Por casi tres minutos nuestro corazón dejó de bombear oxígeno. Ocupo el espacio dos. Vaya sorpresa.

Las preguntas son absurdas. Viste a los abuelos. Ibas para arriba o para abajo. Sentiste algo. Ahora soy un bebe de 53 años. Uso algo parecido un pañal. Sabanas envuelven nuestro sexo. Lo amarran con cinta. Le dan varias vueltas. Luego lo alzan. Ajustado.

Esto se siente se un muñeco de 75 kilos con un metro 75 de estatura. Fui y vine. No me fui y me trajeron de vuelta. Donde estuve. No se. Dios lo permitió, sin duda.

Ahora los enfermeros, los residentes, los cirujanos, los de la limpieza, el señor vendedor de pays por la mañana, tacos de barbacoa al medio día y algunas viandas al atardecer.

Soy el número dos. No se mueva. Tengo cinco monitores. Una sonda bajando hasta el estomago o esófago. Un catéter al centro del pecho cargado hacia la derecha. Duelen las maniobras de resucitación.

Los días. Omito. Los segundos son interminables. Alta presión. Baja presión. Diabético. Alcohol. Drogas. Glucosa. Aquí viene el harponazo. Con esto no se le formaran la declamatoria de posibilidades. Me morí. Abandone este mundo por casi 180 segundos.

Sabe como se llama. Dia del año. Mes. Mire para acá. Soy venado lampareado. Otra vez el glucómetro. Pierdo las huellas digitales.

Las manos hinchadas. Se abrió el periodo de vacaciones. El personal conoce el avispero de la sociedad de la seguridad social y medica secreta.

Llega el 31 de octubre. Siete días. Este conejillo de indias usa anteojos. A derredor el sonido de los monitores. Dormito. El puente del 1 y 2 de Noviembre significa días de guardar.

Cenar a la memoria de los difuntos niños. De los mayores. Llevo dos días sin beber agua. No estas deshidratado. Los nutrientes corren por las venas. Los fuegos aparecen en los labios. Cuartean el interior de la boca.

Paciencia. Este es el sistema de salud del humanismo mexicano. Zoe Robledo cena en familia.

De los cuatro en cuidados intensivos se fueron tres en bolsas grises. Me fui y me trajeron de vuelta. Gracias a Dios.

La visita terminó. Por favor desocupen la sala. Para los enfermeros, los residentes y comparsas, el baile con las melodías del grupo Marrano va a comenzar. Parece sacado de la serie del Crepúsculo al amanecer.

El negro bailará con su sombra mientras se afila los colmillos. Limón se perderá para dormir la velada. Roncará sonoramente detrás de las cortinillas del área de niños.

Después de la unidad del centro medico La Raza, en la ciudad de México, este es el segundo sitio con mayor cantidad de defunciones en el país.

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