Yo también era una víctima, dijo la protagonista de la película tendencia en la plataforma más famosa del momento.
Ver su caso, como el de muchas otras, me hizo pensar en cuantas mujeres han deformado su imagen a causa de una agresión, cuántas aún no pueden mirarse al espejo, cuántas no pueden recibir el contacto físico de forma natural, cuántas han enterrado sus recuerdos y a cuántas las asalta y agrede su memoria una y otra vez.
Si por causa del pecado se trastornó y deformó tu imagen, tu vida, tu identidad, tu propósito, tu percepción del entorno, quiero decirte que Cristo limpia, sana y restaura con poder y con amor.
Que vas a poder mirar tus cicatrices y vas a poder decirle a otros: Él me sanó y te puede sanar a ti también.
Que esas enfermedades que invadieron tu cuerpo, tu alma y tu espíritu también desaparecerán y serás victoriosa.
Que ya no te impedirán disfrutar tu vida, ni a tu cónyuge, ni a tu familia.
Esto es algo tan simple y tan profundo a la vez, pero es totalmente verdadero: si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
No me creas a mí, pruébalo y compruébalo.
¿Cree esto? Hable con Dios, lea la Biblia y descúbralo. Solo la Verdad nos hará verdaderamente libres.
2 Corintios 5:17
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