Una de estas noches que tenía cargado el sentimiento y se me desbordaban lagrimitas, le dije a mi esposo que al día siguiente quería una nieve de yogurt (porque aunque me hubiera gustado comerla al instante, el lugar estaba cerrado).

Mi esposo me vio, brincó de la cama y empezó a buscar en internet qué heladería estaba abierta para ir a comprarlo en ese momento.

Mire, a mí el antojo del helado se me fue cuando vi tanto amor dispuesto a hacer lo que fuera con tal de cambiar mi tristeza. No era un helado lo que mi corazón necesitaba, era amor, y mi esposo me lo dio.

Dios usa tanto a mi esposo para mostrarme Su amor y para decirme que de Él puedo esperar cosas mayores.

Ora para que Dios trasforme el corazón de tu marido en uno conforme al Suyo. Si aún no estás casada, ora por tu futuro marido, que Dios lo prepare desde este momento para ser un reflejo del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo en tu vida, en su matrimonio y en su familia.

Así, aunque haya obstáculos la luna de miel no será de un año, será hasta que la muerte los separe.

Cuando un hombre está recién casado, no debe ir al ejército ni se le dará ninguna tarea pública. Estará libre para quedarse en casa por un año y hacer feliz a la mujer con la que se ha casado. Deuteronomio 24:5 PDT

Cosas de casados…

¿Crees esto? Habla con Dios, lee la Biblia y descúbrelo.  Solo la Verdad nos hará verdaderamente libres.Email mujervirtuosa@instruccionespersonales.com
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