Los salmos son canciones, algunos se cantan en el templo, otros en privado, pero hay otros que se cantan en el campo de batalla.
En el Salmo 20, David está a punto de salir a la guerra con su ejército y transforma su oración en una canción para inspirar al pueblo a buscar y encontrar la ayuda en el Señor, porque un paso más y todo será cuestión de vida o muerte.
David le recuerda a sus hombres que Dios haga memoria de sus ofrendas y acepte sus holocaustos, porque lo que no hemos llevado con fe ante Dios, Él no lo recibirá; lo que hicimos por costumbre o por obligación, no es grato ante Él, porque si no tenemos amor, de nada sirve.
¿Qué clase de ofrendas y sacrificios hacemos para Dios? ¿Si en el día del conflicto Dios mirara lo que le hemos dado sería agradable a Sus ojos o no?
No esperemos a que la vida y la muerte estén frente a nuestros ojos para recapacitar, estamos a tiempo de darle al Señor sacrificio y ofrenda de amor y obediencia, para que cuando clamemos a Él lo hagamos con la confianza de que Él no nos dejará solos.
Jehová te oiga en el día de conflicto; el nombre del Dios de Jacob te defienda. Te envíe ayuda desde el santuario, y desde Sion te sostenga. Haga memoria de todas tus ofrendas, y acepte tu holocausto. Selah. Salmos 20:1-3
¿Crees esto? Habla con Dios, lee la Biblia y descúbrelo. Solo la Verdad nos hará verdaderamente libres.Email mujervirtuosa@instruccionespersonales.com
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