Raúl Guajardo Cantú
En días pasados, luego de que Donald Trump anunció los aranceles que impuso a los distintos países, el gobernador del estado, Samuel García, a bote pronto, aseguró que Nuevo León era el estado más favorecido con la situación en virtud de que se encontraba plenamente integrado a la economía estadounidense, con un 90% de sus exportaciones bajo el cobijo del T-MEC y por lo tanto exentas de cualquier tarifa arancelaria.
Aunque aún no se conocen los detalles de los aranceles y la forma en que se calcularán estos, demos por válida la afirmación del gobernador García Sepúlveda y vayamos a analizar exactamente qué es lo que se celebra.
Supongamos que efectivamente es Nuevo León el estado más beneficiado gracias a lo señalado por el gobernador y que, como al parecer supone el funcionario estatal, las inversiones continuarán llegando a nuestro estado en cantidades suficientes para impulsar la economía local, independientemente de lo que suceda en el ámbito nacional, ¿cuál sería el panorama estatal?
En principio, si se instalan más empresas extranjeras en NL, lo más probable es que no tendremos personal para cubrir las plazas laborales creadas, somos uno de los estados que ya ni siquiera cubre su tasa de reemplazo por lo que a población se refiere, lo cual nos convertirá seguramente en un polo de atracción para la inmigración, ya sea de otros países o de mexicanos que se desplazarían de sus lugares de origen a estas tierras.
Si en la actualidad ya existen problemas por el suministro de agua para consumo humano, paliadas solamente por las lluvias del año anterior, el crecimiento por la vía de una inmigración podría poner en riesgo las fuentes de abasto, o al menos hacerlas insuficientes, porque además las empresas requerirán de agua para sus labores.
Aclaramos que no estamos en contra de la migración, solamente subrayamos que esta creará situaciones que las autoridades deben tener en cuenta para sus planes de trabajo, ya que de otra manera se crearían situaciones de crisis.
Por otra parte, como ya sabemos, el transporte público en la entidad no es ni adecuado, ni suficiente para las actuales necesidades, imaginemos el caso de que el crecimiento poblacional vía migración se presente por encima de lo esperado, el caos se presentaría con seguridad.
Pero además del transporte público, la movilidad en general se vería afectada, si hoy ya casi no existen horas pico porque todo el día las calles y avenidas principales se encuentran congestionadas, imaginemos lo que ocasionaría un boom de inversión.
De la contaminación o la inseguridad es preferible no hablar, hoy ya ni siquiera se garantiza, aunque sea de palabra, la seguridad en las carreteras, salvo en la de Colombia, ya se imaginará usted por qué y se ha pateado el bote de la contaminación para más adelante, todo con tal de no afectar a Pemex ni molestar al gobierno federal.
Sí, son buenas noticias, pero debemos recordar que todo progreso trae consigo algunos inconvenientes y, aunque es preferible progresar, es necesario estar preparados para las nuevas problemáticas que surgirán. No todo es, o será, alegría. No se vayan a crear problemas o inestabilidades sociales.