
Luz María Ortiz Quintos
El día de ayer presenté un exhorto en la oficialía de partes del congreso del estado de Nuevo León, para que se adhiera la obligatoriedad en la ley de educación para prevenir el abuso sexual.
Actualmente, el tema de educación sexual se piensa que se da a conocer en las escuelas públicas y privadas, pero esto no es así; educar no es solo hablar de métodos anticonceptivos a los menores de edad, o darles a conocer sus derechos sexuales y reproductivos.
Educar en la sexualidad debería ser tema de cada familia, de acuerdo a su educación, valores y principios.
Recientemente, hemos conocido muchos casos de abuso sexual que se han cometido en escuelas tanto públicas como privadas, y en muchas ocasiones los directivos hacen caso omiso a las denuncias presentadas; como en el caso específico que conocimos de la prepa particular del sur de monterrey, al día de hoy, no se ha fijado sentencia a o a los responsables del delito de abuso.
También queremos que cada escuela cuente con un padre o madre vigilante, que reciba las denuncias de los estudiantes de manera directa, para que se proceda a la investigación correspondiente y se actúe con prontitud.
Hace falta educar para prevenir abusos hacia los menores de edad, quienes en algunas ocasiones, resultan ser víctimas en sus propios hogares, escuelas o en los lugares en los que practican alguna actividad extraescolar.
Educar para que cada niño, niña o adolescente sepa cómo protegerse de este delito, qué hacer en caso de que alguna persona intente atentar contra su cuerpo, y a quién acudir para denunciar en el caso de ser víctima de un abuso
Educar para que los menores sepan qué es un abuso sexual, y dejar de normalizar o pensar que no está pasando nada.
Según datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) 1 de cada 4 niñas en nuestro país, se ve afectada por la violencia del abuso sexual, siendo México líder en abuso sexual infantil.
Las autoridades actuales tienen en sus manos el poder para cambiar esta terrible realidad, que sus nombres trasciendan por un buen trabajo en favor de lo más valioso que tiene un país; sus habitantes, y con más razón salvaguardar el interés superior del menor hoy y siempre.