ePedro García Treviño
En una postura coincidente, a favor de proteger –de una vez por todas- el rico ecosistema de la sierra Picachos, legisladores federales, locales y autoridades municipales se declararon en un “frente común” para garantizar la intocabilidad de la exuberante montaña de múltiples servicios a la salud ambiental de la región y de la zona metropolitana de Monterrey, casi asfixiada por la contaminación. Y más claro y contundente no pudo ser el senador Víctor Fuentes Solís cuando ante comuneros y periodistas dijo: “Aquí no se va a construir ninguna pedrera”.
La cuestión es que los pobladores de varios municipios temen que, en cualquier momento, alguna autoridad ambiental, lo cual sería el colmo, otorgara a una poderosa pedrera el permiso para “pelar” y comenzar a horadar Picachos. Presente en el encuentro, la alcaldesa de Doctor González, Mayra Ábrego Montemayor, ratificó que, en lo concerniente a su gobierno, nunca va dar permiso de Uso de Suelo para que se dañe la riqueza natural de la región.
A pregunta expresa de un periodista sobre las presiones que ejerce la pedrera Matrimar, poderosa en recursos financieros, vivamente interesada en la sierra, el senador Fuentes Solís contestó: “sobre los intereses económicos, está el interés público.”
El representante popular fue informado de la entrada, en el pasado reciente, de la pedrera a la montaña y “peló” un área pero fue frenada antes de que arrasara con toda la vegetación y la afectación a la fauna.
El senador aclaró que no se está en contra de las actividades económicas, de las empresas, del desarrollo de las ciudades, pero aclaró que se deben explotar los materiales de construcción donde se provoque el menor impacto ambiental y remediarlo con un impuesto, como ya existe en 7 estados por la extracción de minerales.
Alfonso J. Barragán Treviño, presidente de la Asociación Ecológica de la Sierra de Picachos, estuvo atento en todo momento a las exposiciones de los representantes populares.
Comentó que la posición de los legisladores y la alcaldesa de doctor González dan certeza y confianza a los comuneros y se despejan los temores y, sobre todo, los rumores de personas que están al servicio de la pedrera.
CRIMEN AMBIENTAL
Un joven poblador informó a reporteros que Matrimar con sus actividades de pedrera ya acabó con la cuenca hídrica del municipio de Cerralvo, sin embargo, no hubo problemas sociales ya que los habitantes están conectados a una red de abasto domiciliario: “pero allá ya no hay agua”.
Acá pasaría lo mismo, con el problema de que la montaña dejaría de ser el gran amortiguador contra la contaminación de la zona metropolitana de Monterrey, alertó, para enseguida asentir que si se autoriza a Matrimar, será un crimen ambiental de enormes proporciones, y se acabaría la producción ganadera en torno de Picachos por el acaparamiento del agua para la pedrera y además la gente desaparecería, habría un gran éxodo.
COMPRA DE VOLUNTADES
Rancheros ya entrados en años, se vieron entusiasmados por el interés mostrado por el senador Fuentes, así como la diputada Isabel Margarita Guerra Villarreal, de la Comisión del Medio Ambiente y del diputado local, Jorge de León.
Los pobladores expresaron que Matrimar ha intentado por todos los medios invadir Picachos y ha tratado de sobornar a comuneros al grado de expedir cheques en blanco para que le den todas las firmas de aceptación para abrir una pedrera.
También, agregaron, se han apoderado de organizaciones comunales a través del fraude infiltrando gente ajena para conseguir sus fines depredadores.
DECRETO
En su oportunidad, el diputado local Jorge de León externó que además de ponerse a favor de los comuneros, se realizan gestiones para, incluso, ampliar el área protegida de Picachos hasta las 150 mil hectáreas y así “anular cualquier posibilidad de que se abra una pedrera”.
Comentó que se agiliza la integración de un expediente con el objetivo de que se emita un decreto lo más pronto posible y quede plenamente establecida la protección de la sierra, para siempre.
El senador Fuentes y la diputada federal Isabel Margarita Guerra coincidieron en anunciar que el asunto del acoso que hay contra la sierra Picachos va ser llevado al trabajo legislativo de las cámaras del Congreso de la Unión.
La diputada Guerra consideró importante que los comuneros y pobladores mantengan su frente de lucha misma que será reforzada por sus representantes populares, en Nuevo León y en la Ciudad de México. Abundó que su deber es proteger y ayudar a que se respete el medio ambiente.