Gerson Gómez
Big data error. Error. Error. Sistema corrupto. Por muchos años las grandes universidades privadas apalancaron los sueldos de sus docentes. Lo hicieron en la oscuridad de las leyes de los gobiernos en turno. A los salarios le sumaban las participaciones como investigadores. Integrado en una misma masa. Con ese mismo respaldo, el objeto sagrado de las finanzas. Jinetear e incluso revender los resultados al mismo sistema. En vez de construir, como se hace en los grandes institutos internacionales, la estructura paralela del personal docente. Enquistados, paso a pasito, los investigadores docentes, delegaban en los becarios las tarjetas, objetivos, hasta las hipótesis de sus aportaciones científicas. Trabajos simulados al danzón de una orquesta desafinada. Error. Error. Error. No solo son edificios inteligentes. La deserción de la planta de profesores con rumbo a las universidades públicas. Los de verdadera vocación. En el ranqueo de prestigio, no del costo beneficio, de la llave para abrir pistas de despegue, les cortó las alas a los malos simuladores. Aun así, idea falsa, cobran las instituciones. Olvidan las consecuencias de la chatarrización de sus nuevos maestros. Ya no son investigadores de CONAHCYT. Tampoco pueden aspirar a pertenecer a ese gremio tan importante. La puerta de los niveles los desalojó por morosos, poco claros y muy aprovechados en contraposición de sus pares en las universidades públicas. Todos aquellos reyes invisibles se van hundiendo en la tragedia misteriosa del movimiento 4T. Esa espada, de un solo tajo, les cortó los pies de barro. sonico2@hotmail.com