dom. Oct 13th, 2024

Óscar Tamez Rodríguez
México se distingue por radicalismos entre sus grupos políticos desde los orígenes de la nación, éstos han imperado por sobre los consensos provocando divisionismo entre la población.
Luego de los escoceses, yorkinos y nacional mexicano, los partidos en la segunda mitad del siglo XIX fueron de corte liberal, de izquierda. Recordemos que hasta 1911, con la caída del porfiriato, ser de izquierda significaba ser liberal e igualitario.
Con la extinción de la dictadura, los liberales quedan por un lado y los igualitarios forman partidos de izquierda, sean comunistas o socialistas.
En 1900 los liberales crean su partido, éste se agrupa mediante clubes liberales que se confrontan con el clero por las reformas a la constitución de 1857. En 1903 cambia a Partido Liberal Constitucionalista y su objetivo es combatir en las urnas la sexta reelección de Porfirio Díaz de 1904. Es el que en su momento apoyó a Bernardo Reyes.
En 1905 los hermanos Flores Magón conforman en EUA el Partido Liberal Mexicano también contra la dictadura de Díaz, quizá el antecedente más radical de la izquierda mexicana.
El dictador crea en 1909 el Partido Reeleccionista con apoyo de Pedro Rincón Gallardo y Emilio Rabasa, entre otros. De él surge la candidatura de Díaz para la elección de 1910. Ese año Francisco I. Madero forma el Partido Antirreeleccionista con base en su diagnóstico político del país publicado en su libro “La sucesión presidencial de 1910”.
El Partido Antirreeleccionista se transforma en 1911 en Constitucional Progresista y postula a José Ma. Pino Suárez para la vicepresidencia del país, la cual gana y ejerce en compañía de Madero hasta febrero de 1913 cuando son asesinados por Victoriano Huerta y otros.
Los partidos de izquierda son de tradición en el país. El Socialista Obrero de Luis N. Morones en 1917; el Nacional Cooperativista del mismo año; el Laborista de 1919 apoyado por la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM) tiene entre sus postulados las consignas sociales emanadas de la revolución y plasmadas en la Constitución.
En 1919 Valentín Campa y David Alfaro Siqueiros constituyen el Partido Comunista Mexicano quien a su vez da origen a la Confederación Sindical Unitaria de México la cual muestra su fuerza en el desfile del 1° de mayo de 1932 al organizar el desfile con 150,000 personas. Este partido logra, para 1939, sumar más de 30,000 militantes.
Previamente el 1 de diciembre de 1928, Plutarco Elías Calles convoca a las fuerzas revolucionarias a unirse en el Partido Nacional Revolucionario (PNR) y a las reaccionarias en sus partidos; su intención es acabar con el caudillismo y la sucesión presidencial armada como aconteció con el crimen de Álvaro Obregón.
El 16 de septiembre de 1939, concluyendo el sexenio de Lázaro Cárdenas y ante el temor de que el presidencialismo imponga otro candidato socialista; los grupos de poder económico, con apoyo del clero, conforman el Partido Acción Nacional (PAN) para contener la radicalización al socialismo. Para fortuna del país surge Manuel Ávila Camacho quien resulta moderado y más liberal que socialista.
En 1954, con apoyo del presidente Adolfo Ruiz Cortines, se funda el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM) éste funciona como satélite del PRI y representa a revolucionarios excluidos del oficialismo que reclaman el abandono de los postulados revolucionarios en las políticas oficiales.
Entre los siglos XX y XXI, la izquierda forma y extingue partidos, su triunfo presidencial lo alcanzan con Morena en 2018.
Fuente: Museo Legislativo. “Los Partidos Políticos”, 2004.

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