vie. Jul 26th, 2024

Luz María Ortiz Quintos

Por fin, hemos llegado al tan esperado día de las elecciones; ayer domingo vimos largas filas desde temprano en las casillas para votar, de los ciudadanos comprometidos, y responsables para ejercer su derecho a seleccionar a quienes serán los nuevos “representantes populares”. Es muy importante tenerlo muy claro, representan a miles de mexicanos, no a su partido, no a sus amigos y compadres, no a su familia solamente. Y lo mejor de todo es el hecho de que al menos en Nuevo León solo se registraron dos hechos violentos. Que claro lo ideal es que no fuera ninguno. Pero el clima de expectativa que vivimos previo al día de ayer, nos hacía pensar que habría más violencia, pero no fue así. Han sido más las quejas de las personas que acudieron a las casillas especiales, quienes tuvieron que hacer fila por más de cinco horas, mientras que otras casillas también especiales se acabaron las boletas para votar, por lo que no alcanzaron a emitir su voto.
México ya despertó, y aunque no lleguemos a lograr el cambio esperado, será nuestro trabajo ciudadano, que a partir de ahora deberá exigir a los candidatos ganadores, ahora electos que cumplan con todas sus promesas, que los candidatos deberán demostrar capacidad para el nivel de ciudadanos que les hemos favorecido con nuestro voto, y por lo tanto, ahora son electos. Habrá quienes perdieron la reelección, y eso es solo el resultado por no haber hecho un buen trabajo. Ya no hay marcha atrás, somos una ciudadanía que dejó de ser apática e indiferente. Ya no debemos permitir malos gobiernos. Felicidades a cada ciudadano que fungió como funcionario de casilla, felicidades a todos los jóvenes que, por primera vez, ejercieron su derecho y deber de votar. Los resultados oficiales algunos nos dejarán satisfechos, otros más o menos, y otros definitivamente para nada. Pero la clave está en ser una sociedad más involucrada, más demandante, más vigilante y participativa. A partir de esta elección se ha sensibilizado una gran cantidad de personas al ver el riesgo tan grande que se ha estado desarrollando con los gobiernos autoritarios. Esto es lo que nos hizo actuar y aunque no hayamos logrado todo lo esperado, sigamos sin claudicar exigiendo leyes que nos garanticen una sociedad justa, democrática y libre. El respeto a los derechos humanos, a la libertad de expresión, de prensa, de religión, de empresa, educación científica, son las demandas de esta sociedad que no se quedará de brazos cruzados, aquí vamos juntos y ahora no daremos el voto de confianza para ningún candidato electo, vigilaremos y exigimos rendición de cuentas, el respeto a las leyes, a la autonomía de los poderes y demás organismos descentralizados.

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