Homero improvisó un collage de fotografías de Maggie sobre la sentencia que lo esclavizaba a su oficina en la planta nuclear. Sí, estoy hablando de Los Simpsons, pero bien puedo estar hablando de usted y de mó, que ponemos una foto de nuestra familia en la cartera, en el vidrio de su vehículo o en la pared del centro de trabajo.

Porque cada día gastado en favor de su familia no es una pérdida, sino una inversión. Porque no es sacrificio cuando se hace por amor.

Ser responsable debería volverse una acto heróico para motivar a otros estos días. Porque no romantizamos la pobreza para justificar el robo ni para hacernos justicia nosotros mismos, romantizamos la familia para volvernos héroes anónimos que dejan un legado que silenciosamente late en los corazones de generación en generación.

Cada jornada, cada kilómetro recorrido, cada moneda gastada, cada lonche preparado, es un poema de amor que debe enseñársele de nuevo al niño, para que lo viva y lo cuente cuando sea grande.

El niño debe volver a soñar con ser grande. ¿Quién debe enseñarle eso? Sus padres.

¿Cree esto? Hable con Dios, lea la Biblia y descúbralo.  Solo la Verdad nos hará verdaderamente libres.

Deuteronomio 6:7-9

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