mar. Oct 22nd, 2024

Cosas del Tony

Por Antonio Sánchez R.

Hace todavía algunos años, para el hijo de un encumbrado político era muy difícil hacer carrera propia sin quitarse de encima la sobra del progenitor o progenitora. Y que no se supiera que el encumbrado político se atreviera a utilizar su influencia para que su hijo encontrara acomodo en algún lugar, porque de inmediato el nombre de Nepote salía a flote.

Tal vez alguien recuerde las palabras del presidente José López Portillo cuando fue duramente criticado porque de alguna manera se filtró la información de que su hijo, José Ramón López Portillo Romano, habría recibido algunos favores para escalar posiciones en alguna dependencia gubernamental.

“Es el orgullo de mi nepotismo”, sentenció López Portillo y casi de manera inmediata, los ladridos y aullidos se fueron apagando. Nadie habló más del asunto y, curiosamente, después de terminado el sexenio, no se volvió a saber nada del “junior” presidencial.

Son pocos, muy pocos, los casos en los que hijos de ex presidentes han abrazado la carrera política y hayan llegado a  figurar o a destacar en la política mexicana. Recordamos en particular sólo dos casos: Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, hijo del General Lázaro Cárdenas del Río y Miguel Alemán Velasco, hijo del ex presidente Miguel Alemán Valdez.

El hijo del General, Cuauhtémoc, decidió brincar las trancas patriarcales y se lanzó a hacer carrera dentro del PRI y con el tiempo, llegó a alcanzar la gubernatura de su estado natal, Michoacán. Al poco tiempo de dejar la gubernatura michoacana, Cuauhtémoc renunció al PRI e inició un movimiento para unificar a la izquierda mexicana, fundando el Partido del Frente Cardenista de Liberación Nacional, que posteriormente se convirtió en el PRD.

Fue candidato a la presidencia de la república en tres ocasiones y perdió. Posteriormente alcanzaría la Jefatura del Distrito Federal, antes de que se convirtiera en un estado más de la república. Hoy, Cárdenas Solórzano es simplemente líder moral del PRD.

Por su parte, Miguel Alemán Velasco sí recibió todo el apoyo de su padre y desde muy joven anduvo “picando piedra”, nutriéndose no sólo de la experiencia paternal, sino también abrevando del conocimiento de otros políticos de talla importante, lo cual al paso del tiempo fue muy bien aprovechado.

Alemán Velasco nunca buscó una candidatura presidencial y se mantuvo fiel al partido al que siempre ha pertenecido, el PRI, por el cual fue gobernador de su estado natal, Veracruz, como lo había sido su padre. Además, llegó a ser senador de la república, también por el estado de Veracruz.

Y como dice Joan Manuel Serrat: “Y pare usté de contar”. Ningún otro hijo de presidente se ha aventurado a la política, aunque tal vez ganas no les han faltado, pero se han sabido mantener prácticamente en el anonimato, sin sacar la cabeza y ha sido hasta muchos años después que alguno de ellos ha alcanzado notoriedad, como es el caso de Gabriel de la Madrid Cordero, hijo del presidente Miguel de la Madrid Hurtado.

En los tiempos actuales, ya nadie se ruboriza porque el hijo de un presidente alcance notoriedad bajo la sombra de “papi” y hasta le den chamba aunque su currículum alcance el grado de “ridículum” al poner en el apartado de “Experiencia”: “hijo del presidente”.

Y si alguien llega a decir algo, de inmediato surgen los defensores de oficio diciendo que es un ciudadano y militante común del partido y que, además, fue elegido “democráticamente” en asamblea para el dichoso encargo. Nada más falso que un billete de tres pesos. Esto es sólo el principio de lo que se avecina. Ojalá y me equivoque, pero la neta, el panorama se ve de un gris muuuy guinda oscuro… 

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