No es lo que entra por la boca lo que contamina, porque sale a la letrina; sino lo que sale de ella, porque de ella brota lo que dejamos guardado en el corazón.
Judas tenía tiempo guardando cosas (en su bolsa y en su persona) no sólo innecesarias, sino también altamente destructivas.
Nosotros también guardamos cosas inútiles que se enraízan profundamente. Estas “cosas” esperan con paciencia que una palabra las active y nos mueva rápidamente a hacer el mal.
Seamos cuidadosos, no dejemos entrar al diablo por cosas insignificantes.
Y si vamos a guardar algo, que sea sabiduría en el corazón ¡pronto!
¿Cree esto? Hable con Dios, lea la Biblia y descúbralo. Solo la Verdad nos hará verdaderamente libres.
Juan 13:27
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