Mi despertar político fue en el ’93, con escasos 12 años, a causa de la movilización magisterial debido a los cambios de la Ley de ISSSTELEÓN.
Desde chica comencé a mi manera a luchar por lo justo, lo puro, lo amable, lo ideal. Para el año 2000 ya soñaba con cambiar el mundo y con ser la primera mujer presidente de México y abandoné el sueño cuando cometí muchos errores haciendo las cosas a mi manera.
A mis 43 me esfuerzo por cambiar mi forma de pensar, se sentir, de vivir y de sembrar en mis hijos la semilla de la fe, porque toda revolución así empieza ¿no? como un granito de mostaza.
Diariamente analizo medios electrónicos, posturas y berrinches políticos y a veces me siento como un pepenador de basura que debe encontrar lo valioso, lo útil, y comienzo a organizar patrones de conducta para proveer estrategias que produzcan menos basura en el mundo y he encontrado la labor titánica.
Entre la basura encontré algunas cosas más, encontré muchos sueños, esperanzas y vacíos, encontré corazones rotos, medicamentos caducos y tratamientos fallidos.
Pero lo más valioso que encontré entre la basura fue a mí misma deseando comerla, como aquel pródigo que huyó de la casa de su padre para hacer lo que le dio su gana y vivir la vida a su manera, pero que perdió todo en el intento. Cuando me vi a mi misma así, entendí que necesitaba ayuda y ni todo mi conocimiento, experiencia, sabiduría y buenos deseos podían ayudarme.
Fui donde el abogado, con el ministro y con la amiga, y aunque me invitaron a soñar de nuevo, ninguno pudo ayudarme hasta que un día, abriendo desesperada la Biblia encontré palabras que llenaron el hambre, la sed y los huecos que tenía mi vida, encontré a Cristo apuntando directo a lo que yo necesitaba y diciéndome cómo vivir diferente para ver cambios significativos.
El valor de reconocer que no puedo hacer cambios sola ni aún por mí misma ha sido una perla de gran precio, porque ese conocimiento me llevó a los pies de Cristo, el que sí tiene poder y autoridad para hacerlo, si se lo permito.
¿Quiere ver un cambio en su nación? ¿Quiere ser parte de una revolución del pensamiento y los corazones? Los corazones que se rinden a Él y le obedecen son los que ha trastornado el mundo desde que le conocieron y le siguieron.
Estamos buscando un billón de personas dispuestas a cambiar el mundo, que no se conforman con lo que viven, que están listos para levantarse de la basura y volver a casa.
Mañana sábado 2 de noviembre a las 5 de la tarde en el estadio Sultanes, te invito a tener un encuentro con Jesús.
“Y no vivan ya como vive todo el mundo. Al contrario, cambien de manera de ser y de pensar. Así podrán saber qué es lo que Dios quiere, es decir, todo lo que es bueno, agradable y perfecto. Romanos 12:2”