De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Todas las señales apuntan hacia Badiraguato, una población de menos de cinco mil habitantes, de la que son nativos los principales personajes involucrados en el asesinato de Héctor Melesio Cuén y del secuestro de Ismael “Mayo” Zambada.
Badiraguato es una población famosa por ser cuna de varios de los principales narcotraficantes. Ahí nacieron Joaquín “Chapo” Guzmán, Ismael “Mayo” Zambada, Ernesto Fonseca Carrillo “Don Neto” y Rafael Caro Quintero, entre otros.
También es cuna de varios personajes mencionados en la historia del secuestro y del asesinato.
Ahí nacieron el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, el senador Enrique Inzunza y el asesinado Héctor Melesio Cuén.
La trama de lo sucedido el 25 de julio del presente año es sumamente confusa y las autoridades la han enredado aún más.
Se establece que Rubén Rocha Moya y Héctor Melesio Cuén eran personajes antagónicos que se habían unido políticamente en 2021, cuando ambos fueron de la mano en la elección para gobernador que ganó Rocha Moya y la recompensa para Cuén fue la secretaría de Salud, en la que duró solamente siete meses.
Las rencillas entre ellos se recrudecieron, ya que el objetivo de ambos era el de mantener el control de la UAS, de la que ambos fueron rectores, pero que desde 2005 controlaba Cuén.
Acusaciones de uno y otro lado se lanzaban e investigaciones y auditorías sobre la UAS se realizaban, sin que ninguno de los dos cediera espacios.
El hijo de Héctor Melesio fue acusado de negociaciones ilícitas, desde su cargo de director de bienes y suministros de la UAS. Los hijos de Rocha Moya, Ricardo y Eneyda, fueron despedidos de los cargos que tenían en la misma UAS.
El despido de los hijos de Rocha Moya ocurrió diez días antes del asesinato de Héctor Melesio.
La situación se puso tensa en Sinaloa, por lo que dos personajes afines a ambos intervinieron queriendo poner calma en el ambiente. Ismael “Mayo” Zambada con cercanía con Héctor Melesio y Joaquín Guzmán López con vínculos con Rocha Moya, intervinieron y llamaron a una plática presencial con ambos personajes. La cita se dio ese 25 de julio a la que acudió Héctor Melesio y los dos personajes de los grupos delincuenciales, pero, según el propio Rocha Moya, él no fue al encuentro, ni siquiera fue citado, aunque el Mayo Zambada dice lo contrario.
Curiosamente el día de los acontecimientos, el gobernador salió de vacaciones con rumbo a Estados Unidos, las que tuvo que suspender al desatarse los acontecimientos.
El asesinato de Héctor Melesio desató el doble escándalo suscitado también por la detención de “El Mayo” Zambada y la de “El Chapito” Guzmán. Hasta ahí no se sabía nada de lo ocurrido con los delincuentes y menos del asesinato que la fiscalía del estado trató de camuflar con un video en el que aseguraba que el crimen ocurrido en una gasolinería en un intento de robo.
Se olvidaban de algo esencial, había un testigo que acompañaba al exrector, Fausto Ernesto Corrales, hijo de otro exrector de la UAS. Víctor Corrales.
Los acontecimientos tomaron otro curso, y más cuando “El Mayo” Zambada involucró al mismo gobernador y Rocha Moya se negó a dar a conocer la bitácora del vuelo que lo llevó a Estados Unidos y que, en un principio, se dijo que era propiedad del empresario Jesús Vizcarra.
Todo esto propició que la violencia se disparara en Sinaloa y que casi cuatro meses después el embrollo creció, sin respuestas. Se conoció que el video del supuesto asesinato de Héctor Melesio fue un montaje de la fiscalía estatal.
Un gobernador endeble y con grandes apoyos desde la Presidencia de la República se mantiene en el cargo, sin importar el baño de sangre que ahoga a Sinaloa, la llegada de las fuerzas armadas no puede poner orden, las investigaciones sobre el crimen de Cuén no avanzan, el gobernador cae en mentira tras mentira, no muestra la bitácora del vuelo que lo llevó a Estados Unidos, laexfiscal Sara Bruna Quiñonez fue relevada, sin actuación en su contra por el montaje del video. Del único testigo de la reunión, Fausto Ernesto Corrales, no se sabe nada y la impunidad reina en Sinaloa.
Las autoridades pasivas, las locales desviando todo, las federales intentando poner orden y la población apanicada.
Hay quienes aseguran que el secreto de todo se encuentra en Badiraguato, un poblado de menos de cinco mil habitantes de donde proceden todos estos personajes. Es el mismo poblado al que acudió varias veces el ahora expresidente López Obrador y donde se dio el saludo de él mismo con la mamá de El Chapo Guzmán.