De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Los recientes actos de violencia ocurridos en el estado de Tabasco, están considerados como un reacomodo de los grupos delincuenciales que operan en esa entidad.
Y es que desde el arribo del nuevo gobernador Javier May Rodríguez este se lanzó en contra de los gobernantes que lo antecedieron y especialmente de uno de los cercanos colaboradores de Adán Augusto López Hernández y que dejó como herencia a su sustituto Carlos M. Merino, en el cargo de secretario de Seguridad estatal.
Hernán Bermúdez Requena es el personaje en cuestión que ha sido un par de veces jefe policíaco en esa entidad y que guarda estrecha cercanía con el senador Adán Augusto López Hernández y con el diputado federal Jaime Lastra, con los que colaboró ampliamente desde los tiempos del interinato de Manuel Gurría Ordóñez.
Esa relación de cercanía es la que convierte en sospechosos a los legisladores, según la óptica del actual gobernador de Tabasco.
Por eso, la masacre cometida en un bar de la capital del estado se inscribe dentro de esta pugna, ya que uno de los propietarios del antro es yerno de Jaime Lastra.
Circula una versión que asegura que ante los señalamientos del gobernador May Rodríguez, el grupo contrario a “La Barredora” quiso dejar constancia de su presencia y de ocupación de territorio, marcando un sello de terror.
Tabasco era una entidad alejada de los horrores que se producen en otros estados como Sinaloa, Guerrero, Guanajuato, Veracruz, Sonora y otros más, por lo que la embestida de los grupos delincuenciales es un llamado de atención que se debe atender de inmediato y no dejarlo que crezca como ocurrió en los estados donde el crimen organizado se manifiesta constantemente.
Por encima de la masacre y de la presencia de los grupos delincuenciales se encuentra la polarización de los grupos políticos que encabezan Hernández López y el gobernador May Rodríguez desde hace tiempo.
Son adversarios políticos, tanto así que durante el gobierno de Adán se despidió o pidió la renuncia de algunos funcionarios de su gobierno que simpatizaban con Javier May y con Claudia Sheinbaum, para dejar en claro su distancia.
El toma y daca entre los dos personajes que fungieron como secretarios del gobierno federal el sexenio pasado se aviva cada día más, por lo que se les debe hacer un llamado a la concordia.
Por lo pronto el gobernador revisa minuciosamente los expedientes del gobierno de Adán Augusto y de su eterno suplente, Carlos Merino, con la creencia de que encontrará pistas para actuar en su contra y Adán calcula sus movimientos para soltar pronto un zarpazo contra su perseguidor.
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Comienzan a aflorar los nombres de algunos de los personajes que se anotaron para concursar por una plaza de ministro de la Suprema Corte de la Nación, entre los que llaman la atención están los magistrados del Tribunal Superior de Justicia Administrativa, Guillermo Valls Esponda y Magda Zuleima Mosri, además de Paula María García Villegas y Marisela Morales. Para abundar un poco en el tema dos de ellos, Valls Esponda y García Villegas, son hijos de exministros de la Corte. El primero de Sergio Valls y la segunda de la diputada Olga Sánchez Cordero. Magda Zuleima es esposa de Rafael Macedo de la Concha, ex titular de la PGR y Morales fue titular de la misma extinta Procuraduría General de la República…Crece la inconformidad entre los proveedores de Pemex, ante la carencia de pagos, las cantidades son estratosféricas y, especialmente, en Ciudad del Carmen, Campeche, sitio al que se había prometido llevar la paraestatal. Ni pagos ni arribo de la empresa, solamente incumplimientos por parte del gobierno federal.