Cuando vi la escena del Coronel Robert Gould Shaw apuntando su espada como una extensión de su brazo hacia adelante, encabezando el 54.º Regimiento de Infantería de Voluntarios de Massachusetts en la película ambientada en la guerra civil estadounidense, entendí la responsabilidad de Josué al empuñar la lanza contra la ciudad enemiga de Hai.
Dios le había dicho que levantara su lanza contra esa ciudad porque la había entregado en su mano, y Josué no retiró su mano que había extendido con la lanza, hasta que hubo destruido por completo a todos enemigos que ascendían a más de 25 mil.
¿Cuánto tiempo podría usted levantar su brazo con una lanza y permanecer firme contra sus enemigos?
Cuando el ejército vio desde sus respectivas posiciones esta acción de Josué, se levantaron a conquistar hasta vencer.
Usted y yo somos los que con nuestras actitudes motivamos o desmotivación a otros a luchar y a ganar o a perder.
Recuerde que la lucha que tenemos ya no es contra personas como en el Antiguo testamento, sino contra pensamientos, costumbres, actitudes, conductas y comportamientos.
Josué, al igual que el Coronel Shaw avanzaban con el brazo cargado, levantado y extendido, porque tenían una responsabilidad.
No sé que lucha está lidiando, pero hay muchos mirándole y confiando en usted: no se dé por vencido.
¿Necesita nuevas fuerzas? Haga como el salmista y diga con fe: Tú aumentarás mis fuerzas como las del búfalo; seré ungido con aceite fresco.
¿Crees esto? Habla con Dios, lee la Biblia y descúbrelo. Solo la Verdad nos hará verdaderamente libres.
Jos. 8 | Sal. 92:10
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